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Las claves del EuroCelta

El segundo año de Berizzo en el Celta pasará a los anales por la clasificación europea con el buen gusto y el atrevimiento por bandera

Berizzo da instrucciones durante el derbi en Balaídos. // Ricardo Grobas

Berizzo ha dado una vuelta de tuerca a la campaña precedente, en la que el Celta ya esbozó buena parte de las virtudes de su exitosa actual campaña dando forma a un estilo de juego atractivo para el espectador a la vez que efectivo. Partiendo del trabajo realizado por Luis Enrique Martínez y las ideas de su maestro y mentor, el gran Marcelo Bielsa, el Toto ha construido un Celta fácilmente identificable que se sustenta sobre cuatro reglas básicas: un esquema definido de cuatro defensas, tres centrocampistas y tres atacantes que sobre el campo se traduce en dos variantes tácticas, (4-3-3 o 4-2-1 en función de los futbolistas elegidos); buen uso de la pelota en la elaboración del juego; presión alta, intensa y sostenida para robar cerca del área rival; y marcajes individuales reforzados con ayudas defensivas.

Para llevar adelante su idea, Berizzo se ha apoyado en un talentoso grupo de futbolistas que ha ido mejorando cada nueva campaña desde el ascenso a Primera División en 2013 y que este año se ha reforzado con piezas tan importantes como Iago Aspas, John Guidetti, Daniel Wass o últimamente Marcelo Díaz. Con estos mimbres y una propuesta muy clara ha construido Berizzo un equipo simétrico, que se comporta del mismo modo en Balaídos que a domicilio con independencia del rival o el escenario de turno, un equipo valiente, que jamás agacha a la cabeza y trata por igual a grandes y pequeños.

Un arranque formidable. Una de las claves de la gran temporada del Celta ha sido su excelente arranque, equiparable durante el primer cuarto del campeonato a algunos de los mejores de la historia del club. En este tramo inicial, el cuadro celeste fue despachando uno tras otro a rivales de tanto fuste como el Sevilla, al que batió en su inexpugnable bastión del Ramón Sánchez Pizjuán, el Villarreal, que mordió el polvo en El Madrigal o el todopoderoso Barcelona, al que pegó en Balaídos el mayor meneo que el conjunto de Luis Enrique ha recibido esta temporada. La primera derrota la cedió el Celta en la novena jornada y desde entonces solo ha perdido nueve partidos.

lección aprendida. A diferencia del pasado curso, el Celta ha sabido asimilar esta temporada mucho mejor la derrota. La pasada temporada, después de ganar por primera vez en el Camp Nou y tras 73 años sin ganar en el campo del Barcelona, el conjunto celeste encadenó una racha negativa de diez jornadas sin ganar (ocho derrotas y dos empates) que estuvieron a punto de envenenar la temporada. Este año, en cambio, el Celta ha sabido reaccionar a los momentos complicados, que también los ha tenido, especialmente tras la engañosa goleada del Valencia en Balaídos (5-1) y la derrota en Riazor en el primer asalto de clásico gallego.

sobrevivir sin nolito. Al Celta poco menos que se le cayó el mundo abajo cuando, a mediados de diciembre pasado, Nolito se llevó la mano el muslo y pidió el cambio en el partido contra el Espanyol. El Celta se enfrentaba inicialmente a un periodo de tres semanas sin su mejor atacante que finalmente acabó convirtiéndose en una lesión de dos meses y medio complicada por el culebrón vivido por el futbolista con su fallido fichaje con el Barcelona. De la noche a la mañana, el Celta se encontró con que tenía que alternar la Liga y la Copa del Rey sin su mejor atacante y con la plantilla más corta en efectivos de toda la Primera División. El equipo no solo sobrevivió sin demasiados apuros en la Liga, sino que firmó el mejor temporada en la Copa desde que llegó a su última final, con Berizzo como futbolista, en 2001.

asalto al calderón. La última participación del Celta en la Copa del Rey será recordada mucho tiempo por el juego desplegado por el conjunto de Berizzo, la belleza de los goles marcados y la irreductible actitud de los celestes para remontar en Balaídos los cuatro goles de ventaja que se trajo el Sevilla del Sánchez Pizjuán aprovechando el único borrón del equipo en toda la competición. Pero el paso del Celta por el torneo del k.o. se recordará sobre todo por el asalto al Vicente Calderón y los cuatro goles endosados al Atlético, (2-4), la mayor recibida por el incombustible conjunto madrileño desde que Diego Simeone asumió su dirección. El golazo de Guidettti en el Manzanares permanecerá grabado mucho tiempo en la retina del celtismo como símbolo de aquella participación copera.

Europa en el horizonte. El fondo de armario mostrado por el Celta en los meses de alternancia entre Liga y Copa, el rendimiento sostenido a lo largo del curso y el regreso de Nolito convenció al equipo de que Europa no solo era un objetivo posible, sino altamente probable. Y a pesar de encajar un par de goleadas excesivas, primero en el Bernabéu y luego en el Camp Nou, el equipo celeste ha ido consolidando con el paso de los partidos su posición europea, que ha alternado entre el quinto y el séptimo puesto hasta quedarse, mano a mano, en una carrera con el Athletic y el Sevilla todavía por definir.

apuesta por el quinto. Después de ver certificada su presencia en Europa esta jornada, el equipo vigués se propone ahora evitar las dos rondas previas de la Europa League que tendría que disputar el séptimo y, en determinados supuestos, el sexto. Y los de Berizzo buscan ser quintos mirando de reojo a la cuarta plaza del Villarreal.

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