La Comisión Antiviolencia ha declarado partido de alto riesgo el derbi gallego, igual que el clásico entre Barcelona y Real Madrid. Una categoría legal que implica reforzar las medidas de seguridad habituales. Medio millar de personas, entre fuerzas del orden y otro tipo de personal público y privado, se encargará de controlar el desarrollo de los acontecimientos. El dispositivo estará activo durante todo el sábado, desde las ocho de la mañana hasta las tres o cuatro de la noche.

El derbi suele ser considerado de alto riesgo desde hace años, aunque el de Riazor de la pasada temporada no lo fue. Antiviolencia lo ha decidido esta vez a petición de la subdelegación de Gobierno. Los responsables no prevén incidentes. El clima entre las dos aficiones se ha relajado bastante durante los últimos tiempos. Sin embargo, la declaración de alto riesgo facilita que las diversas instituciones aporten más medios al dispositivo de seguridad, lo que resulta recomendable por varios factores.

En Balaídos se espera una afluencia de 27.000 espectadores. El derbi coincide en esta ocasión con la celebración de la Festa da Reconquista en Vigo, lo que multiplicará el número de visitantes y de ciudadanos que estarán por la calle, en espectáculos que exigen la atención policial. Es además la primera jornada de la Liga que se disputa desde los atentados de Bruselas.

Dos sucesos concretos han acentuado las precauciones en el fútbol. El asesinato del hincha del Deportivo Francisco Javier Romero Taboada, "Jimmy", durante un enfrentamiento con ultras del Atlético en Madrid Río en noviembre de 2014, ha supuesto que se aplique con mayor rigurosidad la "Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte". Los atentados de París, en noviembre de 2015, uno de ellos cerca del estadio Saint Dennis mientras se disputaba un Francia-Alemania, han conllevado controles más exhaustivos en los accesos a recintos deportivos y un adelanto en sus horarios de apertura para facilitarlos. Balaídos abrirá dos horas antes del derbi, cuando antes hubiera sido con una sola hora de antelación.

En el dispositivo de seguridad del derbi participarán cinco o seis grupos de la Unidad de Intervención Policial de Galicia, en total cerca de 250 agentes especializados en grandes concentraciones. Se añaden cerca de setenta miembros de Protección Civil. El Celta aportará 120 vigilantes privados y otros auxiliares, como los porteros.

El trabajo ya se inició a comienzos de esta semana con reuniones en A Coruña para organizar el desplazamiento a Vigo de los 635 aficionados del Deportivo que han adquirido las entradas que el Celta puso a disposición del club coruñés. Los detalles de los viajeros y el itinerario han sido comunicados a los responsables olívicos del Cuerpo Nacional de Policía. La reunión final de seguridad está convocada para el viernes por la mañana.

El acceso a Balaídos se realizará por donde las últimas temporadas, cuando se llevó a cabo de forma fluida y sin altercados. Como la campaña anual de abonados ha finalizado y el Celta ha podido reubicar a todos sus seguidores, la afición visitante estará sentada en una de las esquinas de Río Alto. Tribuna y Gol, si era necesario, habían funcionado como ubicación provisional desde que empezaron las obras en Preferencia.

Aunque otros partidos, como las visitas de Real Madrid y Barça, también complican las tareas, el derbi es la cita más compleja en su organización. Empleados del Celta comenzarán a trabajar en Balaídos el sábado a las ocho de la mañana. El dispositivo policial se activará cinco horas antes del encuentro, al principio de forma más liviana, y se irá reforzando cada media hora. Estarán en funcionamiento los servicios áereos policiales conocidos como Cóndor: dos helicópteros, que se irán turnado.

En teoría, el dispositivo de seguridad de un partido concluye oficialmente cuando el equipo visitante llega a su lugar de origen. En el derbi las medidas se irán relajando según se vaya produciendo el desalojo de los aficionados, sobre todo los visitantes. Dentro del estadio continuarán las labores periodísticas y el desmontaje televisivo y publicitario. Serán las tres o cuatro de la noche cuando el último empleado del Celta abandone Balaídos.