Buen partido el disputado en la tarde de ayer en Condomínguez entre el Val Miñor y el Celta. Un encuentro en el que la calidad encontró su espacio propio, aunque al final fuese la emoción e igualdad propias de un derbi los factores dominantes.

Lejos de los símiles que habitualmente rodean a los encuentros de máxima rivalidad, los dos equipos salieron desde el primer minuto de juego a por la victoria. Tanto fue así, que el Celta se adelantó a los cinco minutos de juego, en una buena jugada por la banda izquierda de Álex Rey, que hizo un buen cambio de banda para que Richi, solo, cruzara el balón ante la salida de Raúl, que nada pudo hacer por evitar el tanto.

El gol le dio todavía más emoción al encuentro, puesto que el Val Miñor necesitaba puntuar para acercarse un poco más a la permanencia, mientras que el Celta trataba de aumentar la ventaja para meter presión a los rivales que tiene por encima en la clasificación en su objetivo de alcanzar la tercera plaza al final del campeonato.

Se estiró el Val Miñor, que comenzó a acercarse a la portería de Borja. Jano tuvo la primera ocasión tres minutos después del gol céltico, despejando el guardameta céltico en el mano a mano. La recompensa para los de Nigrán llegó en el minuto veintiuno, cuando un robo permitió organizar una contra que culminó Jano con el gol de la igualada.

Todavía tuvo el cuadro local una última ocasión, a un minuto para el final, cuando Escobar vio adelantando a Borja y le metió el balón por arriba, respondiendo el portero céltico con una gran estirada y enviando el balón a córner.

En la segunda parte la situación cambió radicalmente. Los dos equipos juntaron líneas en el centro del campo, por lo que resultaba complicado tener la posesión, con lo que el esférico circulaba de un lado a otro sin orden y los dos portero se convirtieron en espectadores del encuentro.

El peligro llegaba en jugadas aisladas, como la protagonizada por Yelko en el minuto 68, que después de driblar a varios jugadores del Val Miñor disparó alto. El Celta fue el primero en mover los cambios, pero no dieron el resultado apetecible ya que el juego continuaba desarrollándose en el centro del campo, y las llegadas al área eran aisladas.

Y como no pudo ser de otra manera, el encuentro se resolvió en una buena contra de los célticos, que metieron el balón a banda izquierda para que Yelco cruzara el balón ante la salida de Raúl, que no pudo evitar el tanto.