Pablo Hernández se sometió ayer a una resonancia magnética para conocer el alcance de la lesión en la rodilla que le obligó a retirarse a la media hora de que se iniciase el encuentro contra el Real Madrid. El chileno conocerá hoy los resultados y en consecuencia, el periodo estimado de baja. En el club tienen la esperanza de que la lesión no sea tan grave como llegó a temerse y su convalecencia dure entre cuatro y seis semanas.

El cuerpo médico, en la primera exploración de la zona, ya anticipó que el Tucu tiene afectado el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. Las posibilidades iban desde un esguince de grado II como alcance mínimo hasta la rotura total del ligamento. Ha habido que esperar algunas horas a que bajase la inflamación para poder obtener una imagen más precisa de la zona. Hoy concluye la espera del céltico, la más angustiosa en los últimos tiempos de su carrera profesional, ya que podía correr el riesgo de perderse lo que queda de la temporada. Sin embargo, la buena evolución de la zona en las últimas horas hace albergar la esperanza de que solo tenga, como mucho, una rotura parcial.

A sus compañeros, mientras, se les realizó una completa analítica en el Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima. "Los resultados de este control permitirán a los servicios médicos del club evaluar con precisión el estado físico de la plantilla de cara a la recta final del campeonato liguero", indican desde el club. Las pruebas incluyeron análisis de sangre y orina.