Un empate sin goles contra el Villarreal detuvo al Atlético de Madrid en la carrera por la Liga, ya a ocho puntos del liderato del Barcelona, en un partido dominado por las defensas, impenetrables para los ataques, y sin casi ocasiones pese a la intención que pusieron ambos equipos, atascados en un 0-0.

Un punto para cada uno que mantiene las distancias entre ambos, que alarga a una docena la racha de encuentros de Liga sin perder del conjunto amarillo y que, salvo sorpresa, limita ya el objetivo del equipo rojiblanco en el campeonato a la segunda posición, porque su distancia respecto al liderato azulgrana ya parece insalvable.

El Atlético, por eso, tenía toda la presión en el envite, realmente un órdago en la pelea por la Liga, por el triunfo de la víspera del Barcelona en las Palmas. Lo perdió a pesar del empate, a pesar de que lo intentó hasta el final y a pesar de todo el empeño que le puso, con una opción en el minuto 90 de Vietto.

Un enfrentamiento con dos formas diferentes de trazar el camino hacia la victoria: el Atlético con un fútbol directo, balones largos a la continuación de un delantero o a la segunda jugada para trasladar la acción a campo contrario; el Villarreal, con algo más de elaboración y posesión para dirigir la pelota a la meta rival.

Ni una ni otra se impuso en todo el partido. Ni la del equipo rojiblanco, que nunca encontró la espalda que buscaba de la defensa adversaria, salvo alguna acción sin remate en torno al área, pero más cerca de su objetivo cuando subió la presión, ni la del conjunto amarillo, que tocó por momentos, contraatacó poco y apenas llegó, salvo un par de veces y un penalti reclamado al inicio.

No hubo casi exigencia para los guardametas en una primera parte muy medida desde la táctica, desde la idea preconcebida del partido desde el vestuario, sin alteraciones ni concesiones para su rival, sobre todo por la firmeza de las defensas. En la rojiblanca, el montenegrino Savic ofreció un rendimiento atrás casi impecable.