Damián Alonso podrá remar la próxima semana en el Mundial de Remoergómetro que se disputa en Boston. El remero de A Guarda ha conseguido gran parte de los 1.600 euros que necesitaba gracias a la campaña de crowfunding puesta en marcha por un amigo suyo, Chechu Castro.
Poco a poco han ido llegando las aportaciones hasta alcanzar unos 987 euros, aunque todavía quedan cinco días para que todo el que quiera pueda aportar su granito de arena.
El enlace que se ha habilitado para dicha campaña es https://www.leetchi.com/c/proyecto-de-damian-alonso. Las redes sociales han jugado un papel casi crucial en este camino hacia su sueño ya que su situación ha adquirido una dimensión mundial.
El enlace estará activo hasta el próximo lunes. El martes, Damián Alonso se subirá al avión hacia Boston, donde luchará por el oro que se le ha resistido hasta ahora en la cita mundialista. "Toda ayuda es poca", insiste.
"Han sido aportaciones de amigos, familiares, vecinos, conocidos, e incluso de gente que no conozco de nada, que no sé quién es. Me siento muy agradecido", dice el remero, que forma parte, además, de la tripulación de Samertolaméu de Meira. "Lo recaudado no me llega por ahora para ir, pero por lo menos es una cantidad que no tengo que poner yo de mi bolsillo para sufragar los gastos de avión y alojamiento allí". Hasta ahora, salvo una pequeña ayuda que recibió de la Diputación, ha sido así.
El pasado mes de enero, Alonso recuperó su corona continental en Györ (Hungría) en la categoría 30-39 Peso Ligero. Había logrado el oro en 2013 y 2014 y la plata en 2015. El pasado mes de enero reconquistó el título por delante del húngaro Cselinácz János (plata) y del italiano Andrea Carbone (bronce). Precisamente Carbone es uno de los pequeños "mecenas" que hacen posible la presencia de Alonso en Boston. Un gesto de solidaridad que le ha llegado al corazón. "Al volver de Boston quiero dar las gracias, una a una, a todas esas personas que me han ayudado, con más o con menos aportación, para hacer posible que pueda ir al Mundial", indica el guardés, que roba horas al día como puede para compaginar sus entrenamientos con su profesión en el mundo de la hostelería. Posee un ergómetro en casa aunque también cuenta con el apoyo del club A Robaleira, su "club de toda la vida", que le permite entrenarse en sus instalaciones. "Me fui a Meira porque aquí no tenía compañeros para hacer trainera. O me iba o lo tenía que dejar", explica. Con la embarcación de Meira disputó la Liga ACT y este año confía en conseguir de nuevo el ascenso.
Dos bronces en 2013 y en 2014 y una plata en 2015 son el balance de las anteriores participaciones mundialistas de Damián Alonso. Un palmarés que no ha merecido reconocimiento alguno por parte de su Concello. "Les he solicitado ayuda, colaboración, pero me han dicho que no", se lamenta.
La falta de sensibilidad y apoyo de las instituciones es algo a lo que deportistas minoritarios como él se enfrentan a diario: "Por desgracia hay muchos deportistas, demasiados, en mi misma situación. Son lamentables casos como el de mi amigo 'Perucho', que ganó una medalla olímpica y al año siguiente se vio en una situación similar a la mía para poder competir".
Pero gracias a la generosidad de muchas personas estará en Boston. Allí se encontrará con su hermano, concentrado en Sevilla con la selección nacional. Junto a él remará en la categoría de equipos, donde el año pasado se proclamaron campeones.
