El fútbol nunca ha visto nada igual. Tres delanteros reunidos en una misma alineación con esa capacidad para acumular goles y asistencias y diesen en ocasiones la sensación de estar jugando con rivales de una categoría inferior. Hablar del Barcelona es hacerlo de Messi, Neymar y Suárez. Vale que el juego lo construyen bien, que Busquets es básico y que el trabajo de recuperación también tiene su mérito, pero el equipo de Luis Enrique por encima de todo es esa electricidad que se genera en el momento en el que el balón cae en los pies de sus tres delanteros.

El Celta, con su defensa de circunstancias, tratará de frenar la producción descomunal de estos tres futbolistas que parecen no conformarse nunca y que todos los récords parecen quedarse cortos. Siempre aspiran a más a que la sociedad que forman rompa año tras año sus propios registros. Sucede esta temporada en la que van camino de superar el deslumbrante número de goles conseguido en la temporada anterior.

En la campaña 2014-15, el tridente barcelonista coleccionó la friolera de 122 goles. Y eso que durante algo más de un mes no tuvieron a Luis Suárez que debió cumplir la sanción que le impusieron tras el Mundial de Brasil y tardó en coger velocidad de crucero cuando asomó por el equipo. Pequeñas lesiones y el sistema de rotaciones que Luis Enrique puso en marcha en el primer tramo de la temporada imposibilitaron a buen seguro que el número de goles fuese más alto.

Pero en el presente ejercicio esa cifra parece que va a quedarse muy corta y que los 122 goles están condenados a ser derrocados. A comienzos del mes de febrero el diabólico ataque del Barcelona lleva ya 81 goles. Messi ha marcado 24 en 28 partidos; Neymar ha transformado 21 en 29 partidos; y Suárez se ha disparado hasta los 36 en 34 entorchados. El uruguayo incluso presenta el mejor promedio de su carrera. Pero la cifra aún podría ser más importante si tenemos en cuenta que Messi ha estado fuera casi dos meses a causa de una lesión, de ahí que haya perdido el principal protagonismo en este apartado en beneficio del uruguayo Luis Suárez.

Las cifras resultan más asombrosas si las limitamos al último año natural. En los trece meses que van desde el 1 de enero de 2015 hasta la fecha el trío de delanteros ha anotado la escalofriante cifra de 160 goles. Aquí Messi aún es el primero con 58 goles, Luis Suárez lleva 56 y Neymar se queda en 46 goles. No hay adjetivos para calificar lo que están siendo estos delanteros que por si fuera poco han convertido el gol en una obra colectiva. En un mundo de egos descontrolados, los tres futbolistas parecen empeñados en engordar sus estadísticas de forma armoniosa, sin que ninguno de ellos brille en exceso, sin que surgan grietas entre ellos. Supone un ejemplo de superioridad pocas veces vista. El hecho de ver a futbolistas buscando a un compañero en concreto para que no se marche de vacío en determinados partidos dice mucho de su relación personal y también de su insultante nivel en comparación con sus rivales. Así se dan situaciones como la del partido de Copa ante el Valencia en el que con un 7-0 los futbolistas se iban del campo algo contrariados porque en aquella hemorragia goleadora no había podido participar Neymar.

Contra esa barbaridad se va a enfrentar el Celta. Lo harán los de Berizzo con la defensa de circunstancias por las bajas de Sergi Gómez y Fontás y con las piernas cansadas después del esfuerzo realizado el pasado jueves en el intento de remontada ante el Sevilla. Mientras, el Barcelona jugó un plácido partido en Valencia en el que incluso Luis Enrique pudo conceder descanso a sus tres delanteros titulares. Por si la misión de puntuar en el Camp Nou estaba complicada, la semana de Copa del Rey ha venido a dificultar más la aventura. Berizzo comprondrá una defensa de urgencia para la situación y a partir de ahí llegará la tarea de intentar detener a una máquina ofensiva que parece casi perfecta. Otro desafío más a la vista.