Balaídos despedirá el año a lo grande. El celtismo quiere poner el broche de oro a un 2015 en el que el equipo vigués ha logrado asentarse entre los diez mejores equipos de la Liga. Este nuevo lugar entre los grandes del fútbol español lo ha conseguido siendo uno de los conjuntos que mejor juega de Europa y con un estilo que ha convertido al cuadro que dirige Berizzo en una de las plantillas de moda del panorama continental.

El Celta busca refrendar esas sensaciones inmejorables ante un Athletic de Bilbao que testará las aspiraciones europeas de los vigueses. Es, sin duda, el examen de la ilusión. El resultado, desde luego, no es definitivo, pero ganar a los leones supondría finalizar el año en puestos de Liga de Campeones y presentar, casi de forma definitiva, su candidatura a luchar por una plaza europea.

El equipo vigués llega a la cita con la incógnita sobre la participación de Augusto Fernández, que, salvo sorpresa, saldrá en el mercado de invierno rumbo al Atlético de Madrid. La posible baja del argentino se uniría a la ausencia segura de Nolito, futbolista franquicia de un Celta que se ha habituado a crecer en la adversidad. Todo indica que Berizzo, en caso de no contar con el capitán céltico, formaría un doble pivote compuesto por Hernández y Wass y mantendría su apuesta por Bongonda y Señé como acompañantes de Aspas en ataque. El otro lugar de la retaguardia sería para Orellana, que actuaría de enganche y con total libertad de movimiento.

La otra novedad del once con respecto al conjunto que conquistó Granada sería la presencia de Sergi Gómez en el eje de la zaga. El concurso del catalán es determinante para neutralizar el juego aéreo del Athletic, una de las principales bazas de los leones para asaltar Balaídos.

El Celta afrontará un duelo de altura. El celtismo, sabedor de la magnitud del choque, llenará las gradas del coliseo vigués. Ellos ya han dado su paso para cerrar el 2015 con una noche mágica y con el objetivo de iniciar el año nuevo con la ilusión intacta de regresar a competición europea.