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Primera División

Zidane, la apuesta que medita Florentino Pérez

Rafa Benítez ya camina por una fina cornisa. La continuidad del técnico no parece asegurada tras el batacazo de Villarreal. Existe la sensación en Valdebebas de que el Real Madrid ha arrojado la toalla en la lucha por el campeonato. Y en la búsqueda de culpables, Florentino ya señala a Benítez. La rutina exige al presidente actuar de esta manera.

Pero la raíz del problema parece superar al encargado del banquillo. Hace tiempo que el máximo mandatario blanco convive con problemas estructurales en su club. El más evidente y que le sitúa en el primer puesto de culpables, es el de la inexistencia de un proyecto deportivo. Florentino ha metido al Madrid en una ruta sin rumbo, de decisiones unipersonales y poca coherencia.

La crítica encubierta de Manolo Sanchís, tras el error con Cheryshev en Cádiz, quizás sea el comentario más acertado al respecto. Sanchís (se dice que puede optar a la presidencia en un futuro) escribió en Twitter: "En 18 años en el primer equipo del Madrid, nunca ha sido ésta competencia del delegado del equipo. Para ello está la dirección deportiva". En el Madrid, sin director deportivo al uso, las decisiones en este ámbito son cosa del presidente. A él iba dirigido el dardo.

El Madrid solo tiene el rumbo que impulsa Florentino Pérez cada verano. Por eso situó en su momento a Valdano como pararrayos para después entregar todo el poder a Mourinho. Y más tarde elegir a Ancelotti y "ayudarle" con insistentes recomendaciones. Ahora es Benítez el encargado de dirigir la nave. Mañana puede ser otro de cualquier perfil.

El escenario post-Benítez es aún menos halagüeño para Pérez. Si el técnico cae en plena temporada, el presidente puede arriesgarse a lanzar su apuesta de forma apresurada, sin los necesarios tiempos de cocción. Es la baza de Zinedine Zidane a la que se agarra el presidente para seguir presentándose ante los socios como la opción más ganadora entre los candidatos a posibles presidentes.

Pero Zidane no ha reunido aún los méritos suficientes como para presentarse como una alternativa sólida. Y en todo caso, el mal endémico del Madrid se mantendría inalterable. Seguiría sin haber un patrón definido. El equipo necesita medios centros, por ejemplo, pero está poblado de medias puntas emigrados. Ningún entrenador puede arreglar una planificación defectuosa.

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