España asaltó el liderato del Grupo C en un duelo decisivo ante Eslovaquia, a la que anuló con su toque, recuperando la brillantez del pasado en un primer acto en el que los tantos de Alba y e Iniesta, de penalti, plasmaron una superioridad que acerca la Eurocopa 2016.

Era el momento de enterrar las dudas de la fase de clasificación y recuperar el brillo de un grupo de jugadores acostumbrados a ganar, que en el último Mundial recibieron un disparo a su autoestima. Eslovaquia y su perfecta fase de clasificación no tenía nombre para llenar el Tartiere pero sí para motivar a los internacionales españoles que vengaron la derrota de Zilina.

España recuperó la mejor de sus versiones con futbolistas que dan un paso al frente en responsabilidad ante la ausencia de antiguos iconos. Nadie podrá ser Xavi pero su herencia la interpreta mejor que nadie Iniesta, asociado al crecimiento de Silva como líder absoluto del Manchester City aplicado a la Roja y un Busquets inconmensurable.

El toque con velocidad y profundidad con los laterales convertidos en extremos. La presión alta y asfixiante. La libertad para inventar de Cesc a los movimientos a los espacios de Pedro y Diego Costa. La baraja de variantes ofensivas dejaron a Eslovaquia minimizada al máximo. Su dibujo 4-5-1 se vio superado y su esperanza al contraataque no tuvo el premio de la ida.

Porque España perdió en los últimos minutos de Zilina por ser ambiciosa y buscar el triunfo tras empatar. Sorprendida por la velocidad al contragolpe. Y así estuvo a punto de nuevo de verse por detrás en el marcador. Un exceso de confianza de Sergio Ramos provocó la pérdida de balón y la oportunidad para Mak, veloz para plantarse ante Casillas pero cruzó en exceso.

No hubo tiempo para la duda. A los segundos España golpeó por primera vez. El buen movimiento del balón con cambio de banda descolocó a la defensa, Silva inventó el pase perfecto y Jordi Alba sorprendió desde atrás para sumar un nuevo gol importante. Su cabezazo a placer encontró al portero vencido a media salida.

Los centros continuos desde las dos bandas buscaban rematador, pero el que remataba era Jordi Alba que tuvo otro testarazo para marcar su doblete. No los encontró Diego Costa, que sí sacó máximo provecho a un mínimo espacio cuando España pudo jugar directo. Cesc vio su movimiento y el mínimo contacto con el portero, buscado por Costa, con buena caída invitó al árbitro a señalar penalti. Iniesta lo definió con calidad.

Eslovaquia estaba en la lona y no encontraba síntomas que le hiciesen pensar estar mejor. El dominio de España fue aplastante. La goleada no llegó porque no mostró pegada. Ni un robo de Pedro dentro del área rival acabó en gol. Silva amagó demasiado y su disparo lo sacó la defensa. Cesc no definió bien. Busquets soltó un taconazo en vez de disparar en otra clara acción y la chilena de Costa la mandó a las nubes de nuevo Silva. Alcácer no mejoró el panorama. Objetivo conseguido. Llega la hora de rematar la clasificación, ahora ya con viento a favor.