El próximo domingo en Londres Antonio Serrat se acercará al Serpentine, el lago de Hyde Park, y cuando vuelva la mirada hacia la derecha podrá ver junto a él a los hermanos Brownlee, a Mario Mola, a Richard Murray, a Vicent Luis, a Igor Polyanskiy y al resto de gigantes que compiten en las Series Mundiales. Solo faltará Javier Gómez Noya -que descansa después de participar en las primeras cinco pruebas del calendario-, una de las razones de que se le haya abierto al vigués la posibilidad de debutar en el circuito más importante del mundo de triatlón.
Todo le ha llegado demasiado rápido a Serrat. A sus veinte años acaba de cerrar su brillante etapa junior -logró hace un año el subcampeonato de Europa- y aunque las Series Mundiales son su sueño, su aspiración estaba en meter la cabeza en alguna de las pruebas durante el verano. "Mi objetivo era el Campeonato de España que se disputa a finales de junio en Pontevedra. El ganador tiene derecho a participar en alguna de las pruebas de las Series Mundiales y por ahí era por donde tenía la esperanza de colarme", razona. Pero la ausencia de gente como Gómez Noya o Uxío Abuín sumado a los buenos resultados conseguidos en pruebas internacionales (séptimo en Quarteira, segundo en Melilla y tercero en Fuente Alamo) le han dado los puntos necesarios para recibir una invitación para participar en la prueba londinense.
El vigués asume con entusiasmo la noticia, decidido a justificar su presencia entre los grandes: "Para mí es una maravilla poder medirme con esta gente, aprender de ellos, verlos de cerca. Voy con la idea de hacer el mejor papel que pueda, dar la batalla hasta donde resista", explica.
Para Serrat el año es especialmente importante. Es su primera temporada sub'23, una campaña en la que se producen cambios radicales para un triatleta. La duración de las pruebas aumenta en comparación con la categoría júnior y ese cambio a veces no es fácil de asumir por los jóvenes: "El año pasado ya participé en un par de pruebas de distancia olímpica, para ir adaptándome a lo que me esperaba. Noto diferencia con las sensaciones de este año. Ahora acabo mucho mejor, resisto mejor el esfuerzo de casi dos horas y eso es algo esencial para dar el salto en el triatlón. Hay que estar preparado para aguantar y sufrir. En lo que antes acababa una carrera, en una hora y cuarto, ahora aún me tengo que bajar a correr y resistir media hora más".
El vigués no ha trabajado de forma específica de cara a la cita de Londres. Ha seguido el plan de entrenamientos que tenía fijado y además el anuncio le llegó con un margen mínimo para concretar nada: "Llego bien a la prueba. Estaba trabajando bastante fuerte de cara al Campeonato de España de dentro de un mes en Pontevedra y solo hemos retocado algunos detalles para no llegar muy cargado a Londres".
Viajará mañana en dirección a Londres sin otro objetivo que el de aprender de los mejores: "Luego si hago el treinta, pues mejor que el cuarenta. Pero es algo que no me preocupa. Con calma". Luego, cuando despierte de este sueño volverá a trabajar con vistas a ganarse un hueco en otra prueba de las Series Mundiales y con un poco de suerte compartirla con su gran referente como es Javi Gómez Noya. Con veinte años, en su primer año en la categoría, ya es bastante más de lo que ha conseguido la mayoría de triatletas.
