Tarde de intensas emociones en O Vao: nostalgia, amistad, devoción. El partido de promoción de la candidatura de las Islas Cíes a patrimonio de la humanidad reunió en Coruxo a grandes figuras de la historia céltica y del fútbol español. Se impusieron los foráneos por 4-6, aunque el resultado era obviamente lo de menos. Como había anticipado Mazinho, ganaron los espectadores. Los 2.300 aficionados que se congregaron en el campo refrescaron aplausos y cánticos. Y recordaron tantas grandes jornadas de fútbol que los protagonistas les brindaron en tiempos que la memoria retiene con dulzura.

Engonga, con el cráneo pelado aunque para el álbum céltico siempre llevará rastas, revela su conversación con Patxi Salinas cuando éste quiso enrolarlo. "No sé ni cómo se le ocurrió. Pero yo le dije inmediatamente que sí". Gustavo López refrenda la capacidad de captación de Salinas: "Tenía varios compromisos, pero había que estar aquí. Patxi y los demás organizadores han realizado un trabajo encomiable". Destaca además: "Las Cíes son una hermosura de España y los vigueses somos afortunados de tenerlas".

Patxi Salinas, apoyado por Manu Garrido y Tato en la organización del evento, ha logrado fotografías únicas, como la de Rafinha y Mazinho. Rafinha ha logrado el permiso de Barça para vestirse de corto, si bien se protege una herida de la cara con una máscara. Mazinho, apoyando su pierna maltrecha en una muleta, no jugará. Tampoco otros como Berges ("tengo una cadera fastidiada de una caída en bici, cosas de hacerse viejo"), Abalo o Yordi Figueras. Pero se suman al acto y posan como lo hace Vicente. Su presencia es una de las grandes conquistas de Salinas. El ourensano, figura histórica del Celta, se ha mantenido apartado del escenario público desde su retirada, reacio a entrevistas y cualquier tipo reconocimiento. "Patxi tiene un poder de convocatoria extraordinario", explica. "De mí conseguirá lo que quiera porque fue un gran futbolista, pero como persona lo supera todo".

Vicente será uno de los más aclamados cuando salte al campo. La periodista Bea Pino los va anunciando. Algunos, como Karpin, Cañizares o Paco Jémez, se han caído de la lista a última hora. La nómina sigue impresionante. Manolo, el gran capitán ("lo más grande que ha habido en el celtismo", afirma Patxi), efectuará el saque de centro. La emoción se dispara con la salida al césped de Marcial, empujado en silla de ruedas. El anciano utillero, uno de aquellos empleados imprescindibles en el club, recibe el cántico de los jugadores cuyo material cuidaba con esmero: "Marci, Marci".

También los del equipo rojo se llevan su cuota de aplausos. Solo algún silbido a Bodipo por su pasado deportivista, que no se le tiene en cuenta a Alfredo o Iván Pérez. Los entrenará Moncho Carnero, que presume de "equipo ofensivo"; en el banquillo local, Txetxu Rojo, del que Carnero fue ayudante como con Castro Santos, Irureta, Víctor Fernández y Lotina. "Este nos llevó a una final de Copa", le dice Salinas a los espectadores cuando Rojo ingresa en la cancha. El alcalde se une a los dos equipos para posar con un cartel alusivo a la candidatura de las Cíes.

Es como si el pitido inicial detuviese el galope lineal del tiempo y le abriese las compuertas. Distintas generaciones futbolísticas coinciden en este punto concreto. A Txetxu, curiosamente, le sale una combinación inicial de tiki-taka, copada por algunas de las grandes zurdas celestes: Gustavo, Revivo, Iago Aspas. La escuadra de Moncho, en cambio, practica un fútbol más vertical. El estado físico determina el ritmo. Etxeberria, que se retiró en 2010 con mucho fútbol aún en sus botas y está fino, lidera las cargas visitantes. Seis serán los goles de la escuadra encarnada: tres de Iván Pérez, que mantiene fresco el olfato gracias al indoor; otros de Etxebe y Rochina; Manel, cambiado de bando, completa la media docena.

Los célticos, aunque menos efectivos, dejan detalles que entusiasman a la grada. Lo de antaño, aunque sea a menor velocidad y en pequeñas píldoras. Sánchez exhibe su instinto en el primer palo en el 1-2, Revivo roza el gol a saque de falta, Gustavo López protesta airadamente un penalti, Ratkovic llega desde atrás para el 2-4 y el "Gudelj, Gudelj" ulula en el aire cuando el bosnio obtiene el 3-5 de disparo seco. Patxi Salinas cerrará la cuenta al ejecutar un penalti.

La jornada concluye entre abrazos, autógrafos y regalos. Expresidentes como Ignacio Núñez y Horacio Gómez, y significados exempleados del club, como Ángeles Santos o Carlos Pérez, reparten saludos. Los Santomé aplican sus sabias manos a los cansados cuerpos. Una tarde de felicidad, aunque con el recado de Revivo al Celta por no haber participado en el partido ni haberles permitido emplear la equipación y el escudo del club en un acto que, como recuerda el israelí, destinaba parte de lo recaudado a Aldeas Infantiles: "Estoy muy decepcionado".