No extraña ver a Mazinho por Vigo, uno de sus lugares de residencia en su itinerante vida. El centrocampista, que compite en la memoria de los aficionados por el título honorífico de mejor jugador de la historia del Celta, no ha querido perderse el encuentro de promoción de las Islas Cíes. Una cita que le permite además reencontrarse con antiguos compañeros de vestuario: "La base de todo es la amistad. Aquellos tiempos fueron buenos y se ha reconocido. Es un partido benéfico que vale la pena".

Al campeón mundial con Brasil en 1994 le consta el aprecio que el celtismo le profesa: "Yo lo vivo cada día aquí. Como tengo familia y casa, la gente me ve y se porta muy bien". Una sensación que augura que otros también palparán a lo largo de la jornada de hoy: "De una forma diferente, vuelven muchos jugadores que marcaron una época en el Celta. Que la gente que venga disfrute y se quede contenta", propone.

La referencia al Do Nascimento de este Iomar rebautizado como Mazinho debe aclarar desde la pasada temporada el nombre de pila. Porque Rafa Alcántara do Nascimento, su hijo, aunque de breve paso, ha escrito igualmente bellas páginas en el libro celeste. "Ha sido el sitio ideal para su evolución", se ufana el padre. "Con tantas ofertas que tenía para salir del Barcelona, en un año importante para su crecimiento, aquí era el ideal. Tenía un entrenador que ya lo conocía, un club que yo conocía perfectamente, una familia. Y eso ha ayudado. Eso le ha permitido una evolución maravillosa, un crecimiento fantástico. Estamos contentos y agradecidos". Hoy ambos estarán juntos en O Vao.