El Celta confirmó su dulce momento de forma sellando la permanencia con una memorable goleada al Valladolid, que llegaba malherido a Balaídos, y al que el conjunto de Luis Enrique liquidó implacablemente con dos pares de goles en cuatro minutos. Nada pudo hacer el conjunto pucelano más que resignarse a su suerte tras ser arrollado por un vendaval de fútbol en uno de los mejores partidos de la temporada en Balaídos, que celebró por todo lo alto el fin de temporada más tranquilo en Primera División que se recuerda en años. Balaídos vivió toda una fiesta para gozar del fútbol con un Celta atrevido, elegante y vertical. Una noche sin duda para recordar.

la variante gabonesa

Luis Enrique ajustó el once con la inclusión de Madinda en medio campo por Álex López, descartado ayer por el técnico. El asturiano repitió, de este modo, la formación que tan buenos réditos futbolísticos le proporcionó ante el Almería, un equipo de perfil declaramente ofensivo con Krohn-Dehli como ancla y un afilado cuarteto ofensivo (Rafinha, Orellana, Charles y Nolito). En la recámara Augusto, que llegaba al choque un tanto renqueante, Mina y Bermejo. Y la variente "gabonesa" con el canterano arrimado a la izquierda resultó todo un éxito.

abonados a la madera

Con el rival a la expectativa, más preocupado de no encajar que de marcar, no tardó el Celta en asumir el mando en busca del portal de Jaime, pero de nuevo los postes se cruzaron en su camino. Primero Charles, con un trallazo desde fuera el área, y poco después Nolito, peinando un templado centro de Jony, estrellaron la pelota en la base de los postes. Son ya 16 los balones al palo que suma el Celta este curso. Lideran, de hecho, la clasificación de Primera en este apartado, con dos postes más que el Madrid y el Barcelona. La ocasión más clara de los celestes la tuvo, sin embargo, Orellana, que galopó en solitario, ganó el área y con todo a favor dilapidó un mano a mano ante Jaime, que aguantó bien el lance y desvió la pelota con el muslo.

goles a pares

Claro que el chileno no tardó en enmendar su error con dos asistencias de gol en un minuto. En el 37, tras desordenarse el Valladolid en su mejor ataque, condujo con velocidad el contragolpe y sirvió una perfecta asistencia a Nolito que el gaditano clavó en el fondo de las mallas y apenas sacó de centro el Valladolid, tras robar el Celta el balón, filtró con sutileza un balón al espacio que dejó a Charles solo ante Jaime y el brasileño lo alojó en la red con un disparo raso y ajustado.

PEQUEÑA OBRA DE ARTE

JIM, el técnico del Valladolid, intentó en vano la reacción dando tras el descanso entrada a Manucho por Larsson, pero antes de darse cuenta, los pucelanos recibieron el tercero en una jugada magistral, una pequeña obra de arte que Madinda dejó de tacón para Nolito, que se plantó ante Jaime, alzó la vista y colocó la pelota con rosca al palo largo. Y enseguida el cuarto, de nuevo con protagonismo de Madinda, que quebró a su defensor y puso un balón envenenado al cogollo del área que Mitrovic alojó en propia meta.

La fiesta de la permanencia

La fiesta del fútbol apenas empañada por la lesión de Hugo Mallo (que propició otra exhibición de versatilidad de Jony) y el gol de Manucho (un tipo al que al fin y al cabo se aprecia por estos pagos) no se detuvo, aunque el Celta afrontó el tramo final (en el que entraron Augusto y Bermejo, quien por cierto perdonó el quinto) con una mentalidad algo más conservadora, quizá para no hacer leña del árbol caído.