El técnico del Málaga, el alemán Bernd Schuster, aseguró ayer que su equipo viaja a Vigo, donde esta noche se enfrentará al Celta, con la intención de mantener las sensaciones de los dos últimos encuentros y que serán "un equipo difícil ante un rival con un buen fútbol", pero al que intentarán "hacerle daño".

Tras el último entrenamiento, Schuster indicó en rueda de prensa que en las dos últimas jornadas, en las que el Málaga venció a Osasuna en El Sadar y luego perdió por la mínima en casa ante el Real Madrid, han "ganado en sensaciones" y que así tienen que "afrontar esta semana, empezando por mañana (hoy para el lector)".

El entrenador malaguista recordó que en la primera vuelta fueron goleados por el Celta (0-5) en La Rosaleda, "una derrota dolorosa", porque perder así "no le gusta a nadie", por lo que ha destacado que a ver si esta noche son "capaces de ganarles allí".

No obstante, el preparador germano subrayó que también tienen que "aprender de los errores" y que en Balaídos tienen que "hacer un trabajo parecido a los de Pamplona y Real Madrid".

Schuster dejó finalmente fuera de la lista al lateral izquierdo José Manuel Casado, que ha jugado muy poco en esta Liga tras superar una grave lesión y se veía con opciones ante la sanción del también lateral zurdo Vitorino Antunes, lo que el técnico alemán ha reconocido que "ha sido una decisión difícil".

"Al final hemos decidido llevar a Eliseu y Weligton por si tenemos algún problema con los centrales, pues la otra opción hubiera sido retrasar a Camacho a la defensa, pero no me gusta", explicó.

El entrenador alemán del Málaga también consideró "un golpe duro" la lesión del argentino Fernando Tissone, que se perderá el resto de la temporada tras romperse ayer el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, ya que le "trastoca los planes, porque el triángulo Camacho, Tissone y Darder era importante" en el medio campo, además de ser un jugador que "siempre da el máximo".