La portería ha quedado a un lado en las continuas rotaciones de Luis Enrique, que ha dado su total confianza a Yoel en Liga desde que tomó las riendas del Celta el pasado verano. El de Castrelos, con sus más y sus menos, no está desentonando en absoluto aunque quizá le faltaba una actuación de relumbrón en esta segunda vuelta, algo más irregular que su primer tramo de campeonato, en el que fue el sostén de su equipo en varios encuentros.

En el Ciutat de Valencia, Yoel fue pieza fundamental para que el Celta regresase con los tres puntos y la portería a cero, con varias actuaciones de mérito en la segunda mitad, evitando el empate hasta en media docena de ocasiones durante el aluvión ofensivo del Levante. Los "granotas" se volcaron tras unos primeros cuarenta y cinco minutos en los que el buen trabajo colectivo del Celta evitó agobios a su portero, que únicamente sufrió al con un lanzamiento de falta de Ivanschitz y un cabezazo de Barral que se marchó alto.

El delantero gaditano fue el principal damnificado por la actuación de Yoel, que levantó un muro imposible de derribar en medio de la montaña rusa que era el partido en la segunda mitad, con los dos equipos rozando el gol en varias ocasiones y encontrándose tanto con Yoel como con Keylor Navas, otro guardameta en estado de gracia.

La oportunidad más clara fue para el Levante desde los once metros. El cancerbero céltico mantiene su infalibilidad en los lanziamientos de penalti este año. Hernández Hernández señalaba ayer la segunda pena máxima en contra del Celta esta temporada. Si en el Vicente Calderón, Yoel detenía el disparo a Diego Costa, el vigués ejercía de espectador en el lanzamiento al travesaño de Barral, que tuvo en sus botas cinco minutos después un remate desde el área pequeña que se encontró con una respuesta prodigiosa de Yoel, que detuvo el esférico con su mano izquierda evitando además que la inercia le colase dentro de la portería cuando Barral ya celebraba el empate.

La inspiración de Yoel en la soleada tarde de ayer no se detuvo ahí. Concentrado y serio, el canterano no se dejó intimidar por el poderío físico del Levante, que lo intentaba una y otra vez. En el minuto 75, un rechace en la frontal del área encontraba a Nikos, que sin pensárselo dos vece soltó un latigazo con su pierna izquierda al que Yoel respondió despejando a su izquierda con una bonita palomita, una acción similar a la que realizó a Ivanschitz a ocho minutos del final en una falta directa que parecía que se colaba.

Con la cara, con las manos, hasta en ocho ocasiones Yoel se encargó de amargar la tarde a los atacantes del Levante, desesperados ante la inspiración del portero céltico, un guardián de lujo en el Ciutat de Valencia.

Una parada al límite - La excelente intervención de Yoel en el remate a bocajarro de Barral provocó las protestas del atacante, considerando que el balón había superado completamente la línea, algo que no queda demostrado. Un gol fantasma en toda regla.