Ningún otro jugador de la cantera celeste puede presumir de haber recorrido tanto mundo como Pablo Couñago, un tipo que brilló en las categorías inferiores de la selección española, no tuvo oportunidades en el Celta, desarrolló una larga carreta en Inglaterra (alternó al First Division y la Premier League en dos equipos históricos como el Ipswich Town y el Crystal Palace) y se convirtió en pionero del fútbol europeo en el Lejano Oriente.

En este agitado trayecto el punta redondelano ha vivido "buenas y malas experiencias en todas partes". De su periplo asiático, primero en Vietnam luego en China, se queda con la experiencia vital. "El fútbol no se vive con tanta pasión como en Europa pero ha sido una gran experiencia personal conocer culturas tan diferentes", señala.