"Se ha hecho justicia después de un infierno de diez meses". Así se manifestaba ayer el exseleccionador nacional de gimnasia artística femenina, Jesús Carballo, al valorar la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid de archivar la denuncia de la exgimnasta Gloria Viseras, que lo acusaba de haber abusado sexualmente de ella y de otras gimnastas. Los juzgados madrileños dan carpetazo por tercera vez al asunto por falta de elementos probatorios.

Tranquilo, satisfecho, pero con cierto sabor agridulce acogía la noticia Jesús Carballo, informado por sus abogados en pleno camino hacia Galicia. "No ha sido fácil. Han querido borrar mi pasado e hipotecar mi futuro. Han sido 11 Juegos Olímpicos y 44 años sin haber faltado un solo día a mi puesto de trabajo. Y de pronto esa burbuja se rompe y te caes", relata el técnico moañés, que sí admite estar aliviado por la resolución de un caso que lo ha tenido en vilo a lo largo de todo este 2013. "Me siento igual que antes porque yo siempre me consideré inocente, pero ahora puedo despertarme sin pensar en qué podrá salir de nuevo en los medios de comunicación", afirma. De todo este tiempo de sufrimiento quiere resaltar los apoyos recibidos. "Han llegado de todo el mundo. He entrenado a 300 gimnastas de élite y solo una ha hecho estas acusaciones, una persona a la que he ayudado, con la que tenía buena relación con ella y con su familia. No sé si ha sido el tema de Madrid 2020 o qué intereses ha podido haber para hacerme tanto daño", señala.

En su reflexión, serena pero directa y contundente a la vez, el exseleccionador nacional femenino afirma que "solamente se me ocurre algo peor que esto. Y es que un día vayas al médico y te diga que tienes un cáncer terminal. Después, lo peor es esto". Asume que el daño hecho "es irreparable" y que "no se borra nunca", pero también apunta que "yo siempre me he sentido bien, aunque tengo hijos, alguno con responsabilidades, y han sufrido muchísimo". Y añade que "es una mancha muy difícil de borrar. Esto no me lo podía esperar en la vida. Y a ver quién lava todo esto. Pero al final estoy feliz porque siempre he confiado en la justicia".

Del futuro no quiere hablar, de si intentará regresar a su puesto o de si emprenderá una nueva aventura. "Todavía tengo que hablar con mis abogados. Debo decidir con ellos lo que puedo hacer", apunta. Eso sí, Carballo seguirá dando guerra. "Siempre he tenido ganas de trabajar. Quitármelo fue como cortarme las manos. He hecho cosas durante este tiempo, no he parado,", subraya. Entre ellas caminar mucho. "Los paseos han sido mi verdadera recuperación", dice. Incluso realizó varias etapas del Camino de Santiago desde León. Pero admite: "me ha faltado la gimnasia, que es mi vida".