El Celta sigue aferrado a la máxima categoría. El conjunto vigués se resiste a besar la lona. El calor constante del celtismo ha sido determinante para no desfallecer. El triunfo en el José Zorrilla, donde dos mil aficionados tiñeron de celeste el feudo pucelano, ha disparado las opciones para lograr la permanencia. Se podría decir que la victoria en Valladolid comenzó en la grada. Y precisamente ese es el lugar en el que quiere empezar a ganar el partido el equipo de Abel Resino el próximo sábado.

El club vigués no ha lanzado ninguna iniciativa novedosa a pesar de ser el partido más importante de la temporada. Mantiene su guión de premiar a los abonados, a los fieles al cuadro celeste. La entidad pone a disposición de los socios entradas a mitad de precio para las gradas de Tribuna, Río Alto, Río Bajo, Gol y Preferencia.

El coste de las localidades es el habitual. La más cara es Tribuna -40 euros- mientras que el resto de gradas tienen un precio único -30 euros para la categoría adulto y 20 para aquellos menores de 23 años- De momento, la afición ha respondido. El club ha informado en su cuenta de Twitter que ya se han despachado 1.500 entradas.

Juan Carlos Álvarez, jefe de la sección de Deportes de FARO, ya lo indicaba en su encuentro con los lectores. El ambiente que se va a respirar el sábado en Balaídos va a ser espectacular. La afición ha sido el jugador franquicia de este Celta. Fallaron los fichajes de Park y Pranjic, pero el celtismo ha sido el encargado de no derrumbarse, de mantener la fe en los momentos más adversos. Ante el Espanyol, en el encuentro decisivo de la temporada, tampoco fallarán. Salvación o condena. Un fin u otro es el que le depara a los hombres de Abel Resino, un equipo que, pase lo que pase, seguirá teniendo detrás el aliento de su afición.