Cerillo calculaba hace un mes que la permanencia les exigiría ganar todos los partidos de casa. El Frigoríficos le rompió los números de la salvación. La victoria en Aranda se los restaura. "Y como no me han salido las cuentas, prefiero no hacer unas nuevas", indica el extremo. "La realidad es que no dependemos de nosotros mismos, aunque uno pueda pensar que es casi imposible que el Guadalajara gane en la última jornada en el Palau Blaugrana. Tenemos que lograr dos victorias", asegura.

Guadalajara sigue siendo, por su difícil calendario, el rival a perseguir. Aunque Cerillo advierte: "El Cangas tendrá ahora mucha presión. Ya se veían casi con la permanencia sellada tras llevarse el derbi. Si no derrotan al Valladolid, lo tendrán complicado en Aranda. Nosotros hicimos allí un gran partido. Es una pista difícil. Sus aficionados animan mucho, pero también son exigentes. Cuando acabó el encuentro, pitaron a su equipo. Para el Villa de Aranda no sería plato de buen gusto despedir la temporada con una derrota en casa".