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Con la miel en los labios

El mayor oficio del Sevilla decide una final vibrante

Con la miel en los labios

Con la miel en los labios se ha quedado el Celta en la Copa de Campeones. Apenas unos milímetros han separado el prometedor conjunto de David de Dios de un título al que opositaba por fútbol y que se le ha escurrido entre los dedos en una final vibrante contra un formidable adversario, que impuso su mayor oficio para revalidar ayer en Balaídos el titulo conquistado el pasado año. En fútbol la veteranía también es un grado y el Sevilla, más avezado en este tipo de citas, se adelantó pronto, defendió impecablemente y supo aprovecharse de la ansiedad de los célticos para marcar el ritmoy llevar el partido a su terreno.

con el marcador en contra

Acostumbrado a arrollar a todos sus rivales en la temporada regular y después de pisotear consecutivamente al Real Madrid y al Villarreal, el Celta no encajó bien el madrugador tanto del Sevilla, obra de Pavón, tras un discutible penalti por supuesta mano de Pablo Pérez. El Sevilla, que mandó con energía en el partido hasta el gol, cedió luego la iniciativa al Celta y gestionó con inteligencia la impaciencia de los celestes para mantener su ventaja. Demostró en esta fase el conjunto andaluz rigor para ocupar el campo, criterio en el achique del espacio y orden táctico para mantener a los atacantes celestes alejados de su portería. Le ayudó en esta tarea el pegajoso marcaje individual de Romero a Yelco Pino, las dificultades de los célticos para explotar el juego por los flancos y la escasa participación en el balance ofensivo de Santi Mina, desasistido primero en la banda y poco incisivo luego, cuando se arrimó al medio. Fue Borja Fernández el que sujetó desde el medio al equipo en estos momento de indefinición.

segundo golpe y reacción

La situación se le complicó al Celta cuando el Sevilla anotó, tras una contra perfecta, el segundo gol a la vuelta del descanso. El escenario era perfecto para el cuadro andaluz, pero fue entonces cuando el Celta sacó fuerzas de flaqueza. Yelco contactó con la pelota, las bandas funcionaron mejor y, no sin dificultades, los célticos comenzaron a gobernar el balón y el partido. La decisión de David de Dios de sumar a Jordan al medio campo le ayudó en este propósito. LLegó entonces el gol anulado por fuera de juego y el inocente penalti a Mina, que el goleador céltico no desaprovechó. Pero el Sevilla hizo el tercero a diez minutos del final con Juan Jesús, un delantero de refresco, en una magnífica jugada personal. Una estocada letal que sin embargo no desactivó al Celta, que tuvo el arrojo de reducir distancias y arrinconar a su rival en un final trepidante.

un mal arbitraje

Sin que sirva de excusa, el arbitraje del pontevedrés Óscar López fue muy desfavorable a los celestes, que recibieron el primer gol en un dudoso penalti y no vieron subir otro legal a su marcador, anulado por inexistente fuera de juego.

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