Del Bosque, con ese estilo tan particular, aseguró a la conclusión del partido en París que entendía perfectamente a quienes dudaban de la selección tras el tropiezo frente a Finlandia porque "yo tengo dudas casi todos los días y pobre de quien no las tenga". No parecían las declaraciones propias del máximo responsable de un equipo que acababa de dar una nueva lección de madurez y competitividad en un momento delicado, de máxima exigencia, con la clasificación para el Mundial colgando de un hilo. Pero incluso en esos instantes de euforia el técnico abogó por tener los pies en el suelo y aceptar la opinión de quienes creen que las cosas se pueden hacer mejor. Un ejemplo y un resumen de la actitud de un equipo que lleva seis años en la cumbre.

El triunfo en París, ante la enérgica y complicada Francia, devolvió la mejor versión de la selección española que añadió además el excelente comportamiento de un puñado de futbolistas que en teoría están llamados a ocupar un papel secundario dentro del plantel. Una prueba más de la fortaleza de un equipo que ahora afrontará la Copa de las Confederaciones en junio antes de que en septiembre lleguen los últimos partidos de clasificación para el Mundial. Lo hará sin depender de nadie.

Valdés

Providencial en dos acciones muy concretas, sobre todo en el mano a mano con Ribery en el primer tiempo en el que ganó la partida al fenomenal delantero del Bayern, martirio de Arbeloa. El meta del Barcelona ha suplido con garantías a Casillas y confirma la extraordinaria generación de porteros que tiene la selección. Se habla poco de esta circunstancia, nos quedamos con la relación de medios que se han reunido en esta época en España y olvidamos a veces que la portería tiene un nivel al que no puede acceder ningún otro equipo del mundo: Casillas, Valdés, De Gea, Reina, Diego López...

monreal

La ausencia de Jordi Alba suponía un motivo para la inquietud en la selección por el brillante momento de forma que atreviesa el barcelonista. El jugador del Arsenal, ex del Málaga, se asomó a la titularidad y respondió con eficacia en defensa y sus subidas fueron una pesadilla para los franceses, desbordados en esa zona del campo. En una de ellas llegó a la línea de fondo para poner a Pedro la asistencia del único gol de la tarde.

Busquets-Alonso

Hace tiempo que el debate sobre si deben jugar los dos se ha terminado. Sucedió en el primer partido del Mundial de Sudáfrica con la derrota ante Suiza y desapareció a las pocas horas. Brillantes en su faceta ejercieron un control absoluto sobre el partido. Uno más visible, el otro más difícil de advertir. Alonso es un futbolista más vertical porque sabe que juega con un seguro de vida a su lado. Con ellos es casi imposible que España se vea desbordado en un partido.

Iniesta

Juega a otra cosa. El discreto momento de Xavi, muy lastrado por sus continuos problemas físicos, le obligó a redoblar sus prestaciones en París. Lo suyo fue una sinfonía de juego y encantamiento. Francia le detuvo en el primer tiempo con una patada a tiempo, pero en el segundo reapareció para organizar un estropicio en la banda derecha francesa.

pedro

La selección le revitaliza. Lleva en lo que va de temporada diez goles con la camiseta internacional. Nadie le discute su sitio y Saint Denis fue un buen lugar para entender por qué. Su gol es un homenaje al fútbol. Primero por la forma es que desequilibra en la banda con su regate, luego el cambio de juego hacia Monreal y finalmente por la voracidad con la que irrumpe en el área en busca del remate.