Formoso, sin restarse importancia, cree en el destino. "El lugar adecuado en el momento adecuado", insiste. Siempre al quite de lo que ofrezca la vida. Regalos como jugar junto a Garrincha

Fue en 1978, concluida la corta temporada estadounidense. Las franquicias ofrecían la posibilidad a sus jugadores de mejorar sus habilidades en otros países. Formoso tuvo clara la elección. "En las Navidades anteriores habíamos jugando en Maracaná. Le cogí el gustillo a Brasil. En Europa hacía demasiado frío".

Se va a Santos de la mano de Bobby Smith, lateral derecho del Cosmos. El exequipo de Pelé flirtea con el descenso. El técnico les dice: "Los chicos están nerviosos, van a pensar que vienen los americanos a quitarles el puesto". Les ofrece entrenar con los juveniles. Formoso le replica: "Usted no se preocupe. Tiré por su lado y nosotros, por el nuestro".

Formoso y Smith salen temprano cada día del hotel, buscando pachangas playeras. Al final de un partidillo se le acerca a Formoso un hombre con muletas. "Usted no juega mal", le suelta. Es Paulo Borges, traspaso récord de la época al Corinthians. Se ha roto la pierna. Le dice: "Tenemos un equipo que se llama Millonarios, compuesto por excampeones mundiales. Didí, Babá, Garrincha...". Le ofrece un puesto. "No me lo creía. Pero dicho y hecho", cuenta.

El vigués recorre los rincones más recónditos de Brasil. "Éramos como los Harlem Globe Trotter". Acuden allí donde los invitan, como atracción popular. "Viajes de 30 horas en autobús, por el Matto Grosso. De repente aparecía una explanada abarrotada de gente", describe. "Fue mi mejor etapa en el fútbol. No contaba si ganabas o perdías. Lo importante era jugar bien.

Garrincha le impactó. Compartieron una docena de partidos. Confirma la leyenda: siempre driblaba igual y era, sin embargo, imparable. "Nunca vi un extremo como él y ya con sus años encima". También contempló su alcoholismo. "Los jugadores de fútbol, y más los brasileños, no sabían leer ni escribir en aquel tiempo. Una pena". Por eso hoy se vincula a un programa que ofrece becas a deportistas: "El fútbol dura muy poco. Con 18 años estás en la cumbre y mañana, una lesión grave y se olvidan de ti. Hay que prepararse".