La selección española femenina de balonmano tratará de refrendar su presencia en la elite con una nueva medalla en el Campeonato de Europa que arrancará hoy en Dinamarca y Noruega, donde las de Jorge Dueñas defenderán el subcampeonato conquistado hace dos años en Macedonia.

Un metal que sirvió de detonante para la explosión definitiva de un equipo que ya demostró el pasado año, con la cuarta plaza lograda en el Campeonato del Mundo disputado en China, que la plata de Macedonia no fue fruto de la casualidad.

No obstante, la selección española apuesta por la prudencia y se marca como primer objetivo superar una ronda inicial en la que compartirá grupo con potencias de la talla de Rumanía o Dinamarca, que además contará con la ventaja de actuar como local.

Dos temibles rivales a los que añadir a una selección serbia que ya puso en numerosos apuros a las españolas, tanto en el partido disputado en el país balcánico (20-21) como en el celebrado en la localidad navarra de Estella (29-25), durante la fase de clasificación para la cita continental.

Sin embargo, la fiabilidad que ha demostrado el combinado español en los últimos meses, en los que la pupilas de Jorge Dueñas cuentan todos su partidos por victorias, hace confiar en la clasificación para una segunda fase, en la que tampoco lo tendrá nada fácil.

Segunda ronda en la que España se medirá con los tres primeros clasificados del grupo B, en el que figura además de Islandia, Croacia y Montenegro, la todopoderosa selección rusa, que llega a Dinamarca y Noruega a sumar su primer título de Europa, tras conquistar el año pasado en China la corona mundial.

Un conjunto ruso que ya sucumbió (28-23) hace unos días ante la selección española en la final del Torneo Internacional disputado en la localidad almeriense de Vícar, en un choque en el que España no pudo contar con la pivote viguesa Begoña Fernández, aquejada de diversas molestias.

Dolencias que se convierten en la principal preocupación del conjunto español que tiene en la jugadora gallega, elegida mejor pivote del último Europeo y Mundial, uno de sus puntales junto con la lateral Marta Mangué y la central Macarena Aguilar, recuperada a tiempo de una grave lesión de rodilla que ha tenido a la manchega ocho meses fuera de las pistas.

Una espina dorsal que complementan las jóvenes Carmen Dolores Martín, Elisabet Chávez o Nerea Pena, líderes de la nueva hornada del balonmano femenino español que vivió en 2007 su explosión con dos medallas de plata en los campeonatos de Europa sub´17 y sub´19.