El segundo de abordo de Eusebio Sacristán contabiliza nueve goles a favor con la pelota detenida: al Salamanca (Trashorras, de falta directa), al Albacete (Catalá remata al palo una falta latera y Aspas recoge el rechace), al Betis (córner que prolonga Michu y fuerza un penalti), al Castellón (Jordi cabecea un saque de esquina), al Girona (gol de Botelho a la salida de un córner), al Elche (falta lateral que remata Catalá, de cabeza), dos al Nástic de Tarragona (un tiro de falta de Trashorras que recoge Toni y un centro de falta lateral que cabecea Joselu), y al Huesca (autogol de Corona tras una prolongación de Jordi).

Los recibidos en contra han llegado tras un córner o una falta lateral, un tipo de acciones que se comienzan a cobrar un peaje excesivo. Dos goles, el recibido el sábado ante el Recreativo y el marcado en el Ruiz de Lopera, han llegado tras una falta lateral y el resto (los de Abraham Paz y Tote, del Hércules, el de Agus, del Córdoba, y el recibido frente al Elche, obra de Martí Crespi) a la salida de un saque de esquina. "Hasta hace dos semanas el balance era de nueve a cuatro, es decir, bastante bueno pero se ha emborronado en los dos últimos partidos", confiesa Bayón, que no oculta su preocupación por el modo en que han llegado los dos últimos goles. "En el fútbol siempre estamos pendientes de lo último y en los dos últimos partidos hemos encajado dos goles vitales. Pero lo que es el global de la temporada es positivo. Estamos contentos con esto aunque muy descontentos con los dos últimos recibidos", señala.

El mano derecha de Eusebio confiesa que el problema invita a la reflexión. "Lo de Hércules se puede decir que es una jugada de partido. La pelota cae donde cae y Tote se anticipa a Vasco y consigue el balón. Pero la del Recre que fue un error y molesta porque fuimos muy superiores al rival y al final pierdes dos puntos por una acción de este tipo", explica. Y añade: "Está claro que tiramos el partido en una jugada, está clarísimo. No la defendimos bien y ellos se encuentran con un gol prácticamente sin habernos generado peligro en todo el partido".

Carlos García Bayón indica que el vestuario dedicará las próximas horas a tratar analizar el error para evitar que se repita, aunque prefiere no abundar en detalles "para no dar pistas a los rivales". Cree, asimismo, que los nervios influyeron en la torpe defensa de la jugada. "Somos un equipo joven y cuando las cosas están en un punto un poco álgido tenemos algunos problemas", reconoce.

Bayón niega que el cuerpo técnico mantenga, al menos de puertas adentro, un discurso complaciente con la situación del equipo. "No rehuimos la autocrítica. Seguro que hay cosas que estamos haciendo mal.", afirma. Y remacha: "El mensaje hacia el interior es que no puede ser, que nosotros somos los culpables. Nos podemos lamentar de los árbitros, de los postes pero algo más tiene que fallar para que estemos siempre igual".