La capital japonesa dispone de una herencia de instalaciones deportivas que albergaron los Juegos Olímpicos de 1964 y que contaron con autorías de la talla de Kenzo Tange (1923-2005), ganador en 1987 del prestigioso premio Pritzker y que diseñó el estadio olímpico.

Sin embargo, ahora que es una de las cuatro finalistas para los Juegos de 2016 -junto a Madrid, Chicago y Río de Janeiro- Ando quiere construir una serie de nuevas instalaciones para una ciudad más sostenible y ecológica, según dijo a Efe el propio arquitecto.

"Creo que el papel de los arquitectos ha cambiado mucho a lo largo de la historia. Antes sus trabajos eran más bien simbólicos, pero ahora tienden a reflejar el punto de vista personal del arquitecto", dijo el arquitecto encargado de la supervisión del diseño y la rehabilitación de todas las instalaciones propuestas para Tokio 2016.

La capital japonesa es una de las ciudades del mundo con mayor culto a la arquitectura en sus calles, como es el caso de la avenida de Omotesando, donde tan sólo unos pasos separan edificios de arquitectos como Toyo Ito, Jun Aoki, el mismo Ando o los suizos Herzog & de Meuron.

Obra de estos últimos, el Estadio Olímpico de Pekín se convirtió en el principal estandarte de los Juegos de 2008 y para 2016 los japoneses pretenden conjuntar su pasión por la estética y la ecología a través de un nombre propio: Tadao Ando.

El autor de obras como el centro comercial tokiota de Omotesando Hills considera que la arquitectura está ganando importancia dentro del movimiento olímpico.

Según Ando, los edificios reflejan cada vez más una idea, que en el caso de su concepto de estadio olímpico está clara: acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y dar un aire fresco a la capital nipona.

"Esta idea es más importante que la forma", aseveró el célebre arquitecto, uno de los responsables de que Tokio 2016 se presente ante sus rivales como la candidatura más ecológica.

En el centro de su idea para los Juegos Olímpicos de 2016 están, por un lado, la construcción de un estadio olímpico con un panel de energía solar de más de 14.000 metros cuadrados, y por otro, la creación del llamado Bosque del Mar (Sea Forest) en la bahía de Tokio.

Dentro de este proyecto -en el que se celebrarían las competiciones de equitación campo a través, remo y piragüismo en aguas tranquilas- Ando pretende plantar 500.000 árboles financiados por este mismo número de personas, a través de donaciones de 1.000 yenes (10 dólares) cada una.

"Llevamos 440.000 pero los más difíciles son los que faltan", bromeó Ando.

Sobre el nuevo estadio olímpico, Ando insistió en que él no será el diseñador, "sino el productor".

Por eso convocará un concurso para que jóvenes arquitectos de todo el mundo opten a diseñar esta instalación deportiva, que con capacidad para 100.000 espectadores estará situada en un saliente de la bahía de Tokio, flotando "virtualmente" sobre el agua.

Sea quien sea su autor, que será seleccionado por un jurado de prestigiosos arquitectos entre los que figurarán el propio Ando, Frank Gehry, Norman Foster o Renzo Piano, deberá coronar el estadio con un panel fotovoltaico con forma de elipse que proporcione energía solar a las instalaciones, según el concepto ideado por Ando.

Sobre su posible efecto positivo para la candidatura japonesa, Ando dijo que lo verdaderamente importante en la decisión del próximo 2 de octubre del Comité Olímpico Internacional (COI) será la "filosofía de Tokio 2016" y no quien diseñe sus edificios.

Además de las obras de Tange y Ando, el plan tokiota para 2016 incluye el Tokyo International Forum, considerado el complejo cultural más importante de Japón, y que fue diseñado por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly.