“Hay que dejarse ganar”, le dicen los hinchas teucristas a Quique Domínguez si coinciden con él de paseo por las calles de la capital, donde reside. “A nosotros nos hace más falta y vosotros tenéis la temporada resuelta”, argumentan amigos y familiares. El técnico del Pilotes Posada se lo toma con naturalidad. “Son comentarios de calle que se hacen. Vivo en Pontevedra y me conoce mucha gente aquí. Es normal”.

Seguramente esboza un gesto de disculpa o suaviza su negativa con una sonrisa empática cuando le asaltan con esta petición. “Son cosas que desde fuera se ven de manera distinta”, explica. “Nosotros ni tenemos la temporada resuelta ni por supuesto nos vamos a dejar ganar en ningún caso. Ellos lo saben perfectamente igual que yo”.

Quique es su propio pasado teucrista y el Domínguez de su apellido. Otros hermanos vistieron la casaca azul. La suya es la saga deportiva pontevedresa por excelencia. Son parte reconocible del paisaje humano de la ciudad. Y pese a ello asegura que gestiona las emociones de un derbi tan especial con frialdad. “Nosotros necesitamos vencer tras varias derrotas consecutivas. Y si el Teucro desciende no será porque nosotros le ganemos allí, eso desde luego. Ellos tienen que solucionar sus propios problemas”.

La situación de ambos equipos es diametralmente opuesta. El Pilotes combate por Europa; el Teucro, por aferrarse a la Asobal y ni siquiera la permanencia garantizaría su supervivencia. La deuda con Hacienda empuja a la sociedad a su disolución. Ayer mismo varios directivos se reunieron con el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, para pedirle ayuda.

Quique Domínguez está al tanto del padecimiento del club en el que militó durante varias temporadas. “Tema económico, conflicto con Fontenla (el jugador ganó el juicio labora), que el club lo presida una junta gestora… Lamento que se haya llegado a una situación tan delicada, que seguramente se hayan hecho tan mal las cosas que se esté más cerca de la desaparición que de la continuidad. Pero nosotros, tanto si ganamos como si perdemos, tenemos poco que ver con eso”.

Ese compromiso deontológico con la victoria aliviará al Alcobendas, penúltimo con 9 puntos y que aspira a cazar al Teucro (11) para endosarle el último puesto de descenso. “Supongo que pueden existir suspicacias fuera de Galicia”, admite Quique Domínguez. “Pero también se da el otro punto de vista, que es saber que existe mucha rivalidad aunque las relaciones entre los clubes sean buenas e incluso haya amistad entre componentes de la plantilla. Tantos años de derbi hace que sea difícil llegar a un supuesto entendimiento. Yo he estado en los dos bandos y estos partidos siempre se han vivido de manera especial. Los amaños no son posibles”.