Javier garcía-ochoa  Madrid

Glock y Toyota apostaron con mantener los neumáticos de seco en vez de cambiarlos como hicieron el resto de los pilotos y eso les llevó de la séptima posición en la vuelta en la vuelta 64 a la cuarta en la 67, en la que superó a Hamilton.

A dos vueltas del final de la última carrera del campeonato era el piloto más rápido en pista, rodando en un minuto y dieciocho segundos, mientras que los que lo hacían con neumáticos de lluvia lo hacían en cuatro o cinco segundos más.

Por detrás suyo el alemán Sebastian Vettel (Toro Rosso-Ferrari) adelantaba a tres vueltas del final a Hamilton, con lo que el título era para el brasileño Massa.

En el penúltimo giro los tiempos de Glock y el resto de los pilotos se igualaron y Hamilton recuperó solo dos segundos y medio, pero en la última vuelta con la lluvia cayendo con fuerza, el cambio fue radical, recuperó los 13.144 de desventaja que tenía en el paso por meta y logró otros cinco de ventaja.

En la larga subida, aproximadamente un kilómetro, hacia la línea de meta donde la tracción cuenta mas que en otra parte del circuito, Glock a duras penas podía mantener el coche en la pista y Hamilton aprovechó para adelantarle, conseguir el quinto puesto y proclamarse campeón del mundo.

Cuando cruzó Hamilton la línea de meta no tenía la certeza de ser campeón del mundo y tuvo que esperar a que se lo comunicaran por radio, mientras en el garaje de Ferrari celebraban un título que había perdido por los 5.461 segundos con los que el británico aventajó Glock en la línea de meta.

Timo Glock y Toyota han sido una pesadilla para Hamilton en la primera mitad de la carrera, vuelta 36, en la que el alemán se detuvo a repostar, siguió a Hamilton como su sombra y luego hasta el último kilómetro, su quinto puesto daba el título al brasileño Felipe Massa.

Aunque las cosas son como terminan y al final los si... no cuentan. Si... la carrera no se hubiera neutralizado entre las vueltas dos y cuatro por el accidente en el que se vieron involucrados el japonés Kazuki Nakajima (Williams-Toyota), el brasileño Neson Piquet (Renault) y el británico David Coulthard (Red Bull), la carrera habría terminado unos dos minutos antes y Glock se habría ahorrado la última vuelta y en Ferrari seguirían celebrando el triunfo.

Lo que nadie esperaba era que Hamilton fuese capaz de reducir tanto retraso en tan poco tiempo, pero los neumáticos de Glock no estaban preparados para competir en una superfice mojada como estaba la pista de Interlagos cuando apareció la lluvia. Para el británico, como para cualquier otro piloto con gomas de mojado, fue cómodo reducir las diferencias y darle caza a quien en ese momento le impedía ser campeón.