Álvaro Faes enviado especial a Hockenheim

Los veteranos del paddock dicen que una de las mejores sensaciones de la Fórmula 1 es que suele vivir en un verano perpetuo, de la primera a la última carrera. Algunos empiezan a poner en duda el axioma después de varios grandes premios sepultados bajo las nubes, ya sea en Mónaco, Francia, Inglaterra o Alemania. La amenaza de lluvia no se disipa o directamente actúa sobre los circuitos, víctimas de implacables chaparrones, que no siempre han aparecido en el momento de la carrera. Ayer también cayó agua en Hockenheim y empapó los entrenamientos matinales, los que dejaron las mejores sensaciones en Fernando Alonso, de los más rápidos cuando estuvo mojado, aunque cuarto al final de la sesión, una vez que la pista estaba seca. No fue mal día para el asturiano, sexto al terminar el trabajo de la tarde. En Renault dicen que hoy regresan las precipitaciones y presumen una tanda clasificatoria sobre mojado, y una carrera seca para mañana. Visto el escaso acierto de dos semanas atrás en Silverstone, el pronóstico de la marca del rombo no parece el mejor para elegir vestuario.

Fue un viernes atípico porque los equipos ya habían adelantado el trabajo durante los test de la semana pasada. Hubo tarea extra para las escuderías que usaban neumáticos Michelin, pues es la primera visita a la región de Baden-Wutemberg desde que Alemania perdió uno de sus dos grandes premios y desde que Bridgestone se convirtió en suministrador único. También el regreso de la Fórmula 1 sin Michael Schumacher, último ganador en este circuito. De la actual parrilla, solo Fernando Alonso y Rubens Barrichello saben lo que es salir ganadores. Un trazado maldito para Raikkonen, que ha abandonado en cinco de sus seis presencias y esperanzador para Fernando Alonso, sobre todo después del buen rendimiento de ayer.

La atención en la Fórmula 1 anda estos días dividida. Con la temporada cumpliendo su paso de ecuador, toca recomponer la parrilla y los rumores andan desatados. Es la tónica de todos los años. Jueves y viernes locos en los circuitos, atenuados el sábado, cuando los monoplazas salen a jugarse los cuartos. Más aun este año, con tres pilotos (Hamilton, Raikkonen y Massa) empatados.

Los actos publicitarios son auténticas trampas cuando los pilotos andan a la busca de acomodo. Alonso lanzó un dardo envenenado el pasado jueves. "Prefiero un equipo italiano a uno francés", dijo. Y tembló el paddock, ante el fuerte rumor que le sitúa en Ferrari para 2010, de la mano del Santander como gran patrocinador, retirada de Raikkonen mediante. De momento, desde Ferrari no saldrá ni una sola palabra. Arrancan los culebrones de cada año.