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La directiva tiene la palabra

La directiva tiene la palabraAlbert Olivé

La directiva del FC Barcelona tiene previsto reunirse hoy para decidir su futuro en pleno debate interno sobre la continuidad del presidente del club, Joan Laporta, y sobre las posibles dimisiones de directivos partidarios de que Laporta abandone el cargo, a raíz del resultado de la votación de la moción de censura celebrada el pasado domingo, en la que la directiva recibió el rechazo del 60,60 por ciento de los socios que acudieron a las urnas.

Laporta ha insistido en las últimas horas que no tiene "ninguna intención de dimitir", a pesar del grupo de directivos que creen que debe renunciar al cargo y que sea relevado por otro directivo, alguno de los vicepresidentes, para que la junta pueda continuar su mandato, cuyo final está previsto en 2010. El martes, 17 de los 18 miembros de la junta, incluido Laporta, celebraron una reunión de urgencia para reconducir la situación.

El encuentro, al que sólo faltó el vicepresidente Alfons Godall, no cerró la crisis de la junta. Algunos directivos abandonaron la reunión pasadas las dos de la madrugada, entre ellos los vicepresidentes Albert Vicens y Ferran Soriano, que encabezarían el grupo que pretende convencer a Laporta para que dimita, mientras que el resto continuó hasta pasadas las tres, cuando Laporta reiteró ante los periodistas que no piensa renunciar.

"El jueves tenemos que comentar más cosas porque no estábamos todos", señaló el presidente barcelonista.

El vicepresidente deportivo del club, Marc Ingla, por su parte, negó que se planteasen dimisiones durante la reunión, aunque admitió que la junta se encuentra en "un proceso de reflexión" debido a los resultados de la moción. Además, atribuyó la marcha de algunos directivos de la reunión antes que el resto a los "compromisos" que tenían esta mañana (caso de los vicepresidentes Vicens y Soriano y los directivos Evarist Murtra, Toni Rovira, Xavier Cambra, Josep Lluís Vilaseca y Clàudia Vives-Fierro, esposa del propio Ingla).

En el caso de que finalmente los partidarios de que Laporta se marche opten por dimitir en bloque, necesitarían que un 75% del número de miembros de la junta dejasen sus cargos para que la junta al completo tuviera que cesar, lo cual se antoja difícil.

Ese escenario tampoco favorecería a los directivos que tengan intención de liderar una candidatura en un proceso electoral para suceder a Laporta, quien ya no puede optar a la reelección por la limitación de dos mandatos establecida en los estatutos, y, además, conllevaría la constitución de una gestora que debería gobernar el club hasta las elecciones y que tiene unas facultades limitadas para dirigir la entidad.

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