Sólo le faltó descender para repetir el mayor fracaso deportivo de la historia del club. El Celta firmó ayer la segunda peor temporada en los 85 años de historia que cumplirá el próximo mes de agosto. La decimosexta posición alcanzada finalmente en la clasificación le sitúa a un sólo peldaño de la que en la campaña 79-80 le llevó a Segunda B. Aquel año, en la categoría militaban 20 equipos, dos menos que en la actual.

En las restantes 27 campañas que el cuadro céltico ha pasado en la categoría de plata realizó papeles mucho más dignos; excepto en la 90-91, en la que ocupó el decimocuarto lugar, en las otras nunca traspasó la barrera de la décima posición, con una mayor tendencia a situarse entre los seis primeros de la tabla clasificatoria.

Este curso, no obstante, los despropósitos han sido mayúsculos y el Celta ha finalizado con dos puntos más que el Racing de Ferrol, que ha perdido la categoría, en parte, porque los celestes fueron incapaces de derrotar al Alavés en el partido de clausura. A veinte puntos se situaron los dos equipos -Sporting de Gijón y Málaga- que acompañarán al Numancia en la máxima categoría. Objetivo por el que luchaba la escuadra celeste cuando comenzó el campeonato y por el que tendrá que esperar, de momento, un año más.