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fútbol - Segunda División B

El Celta B cae en la desesperación

El Celta B cae en la desesperación

1 - Celta B

Sergio: Campillo, Richi, Martino, Roberto; Dani Abalo, Jonathan Vila, Marcos Rodríguez (Yavhé, min. 69), Mateo (Iago Aspas, min. 60); Ozores (Joselu, min. 69) y Quintairos.

2 - Fuenlabrada

Roberto; Moi, Dani Mayo, Morán, Jorge González; Kikin (David Cancela, min. 60), Cabanillas, Joaquí (Borja, min. 83), Javi Moreno; Granada y Perona (Ivo, min. 77).

GOLES: 1-0, min. 33: Quintairos. 1-1, min. 42: Perona, de penalti. 1-2, min. 47: Perona.

ÁRBITRO: Marco Santurio, del colegio asturiano. Amonestó a los locales Marcos Rodríguez y Richi, y a los visitantes Jorge González, Jaoquí, Granada, Perona y Borja.

INCIDENCIAS: 700 personas en Barreiro.

El Celta B se llevó ayer el enésimo `bofetón futbolístico´ de la temporada que le deja en una delicada situación. El conjunto vigués volvió a caer en los mismos errores y cada jornada se convierte en un calvario. El Fuenlabrada, sin hacer nada, se llevó los tres puntos y además protagonizó una remontada. Visto el partido, pocos podrían creerse el resultado final.

La desesperación se apodera del Celta B a pasos agigantados. La presión le pasa factura a un grupo de jóvenes futbolistas que no encuentran los recursos necesarios para salir de una situación que comienza a ser muy delicada. Los cinco meses que restan para terminar la competición van a resultar dramáticos.

En los primeros diez minutos, el Celta B desperdició tres claras oportunidades de marcar. A la media ya acumulaba otras dos más. Poco después llegó el gol de Quintarios. El Fuenlabrada sólo había mostrado la corpulencia física de algunos de sus jugadores. Sus argumentos eran pobres.

Así que con ventaja en el marcador todo hacía pensar que el Celta B lograría su primera victoria en 2007. Pero de nuevo aparecieron las dudas. Un error defensivo y un inocente penalti le dio vida a los madrileños justo antes del descanso.

El golpe en contra se convirtió en doble al poco de iniciarse la segunda parte. Otra vez Perona perforaba la portería de un desesperado Sergio. Y ese golpe resultó definitivo. El Celta B ya no se recuperó y el Fuenlabrada optó por lo que mejor sabía hacer, atrincherarse para mantener su ventaja en el marcador.

El guión no varió, ni a la desesperada, ni con el corazón, ni tampoco con los cambios ofensivos de Rafa Sáez. Así las cosas, la derrota fue un síntoma de que el Celta B no ofrece buenas sensaciones. La salvación queda cada vez más lejos y además el futuro se presenta sin muchas soluciones a corto plazo.

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