Teresa Portela todavía no era muy consciente ayer de su gesta en las finales de 200 metros del Mundial de Zagreb. Fue la protagonista de la jornada, pero ella todavía no lo había asimilado después de un maratoniano día en el que llegó a remar en cinco finales.

-Ha sido un día redondo. ¿Satisfecha con el resultado?

-Sí, estoy muy contenta, sobre todo por la jornada de la tarde, porque por la mañana, en las finales de 500 nos quedamos a las puertas del podio en con el K-2.

-Pero la jornada de la tarde borra cualquier sinsabor, ¿no?

-Claro. Estoy muy orgullosa por el oro en el K-1. Es una medalla especial porque es individual, pero también me ha agradado mucho el rendimiento del K-2, en el que nos quedamos tan sólo a 144 milésimas del oro.

-Parece que se le dan mucho mejor las distancias cortas.

-Sí, los 200 metros se me dan mucho mejor, aunque sea una distancia no olímpica, pero es que yo soy toda explosividad y por eso obtengo mejores resutados en el 200.

-¿Le apena que no la hayan dejado probar con el K-1 en los 500 metros?

-A mí me hace mucha ilusión ver qué puedo conseguir en el K-1 en las distancias olímpicas. En el Europeo logré un sexto puesto que para mí fue muy bueno, pero en el Mundial no me dejaron probar. No descarto para nada los barcos de equipo, pero el K-1 me ilusiona más.

-Cinco finales en un sólo día. ¿Cuál ha sido la más dura?

-Las finales de la mañana fueron bastante más complicadas. Por la tarde, las de 200 pasaron más rápido y la verdad es que no tuve apenas tiempo de pensar en nada. Tenía quince minutos para pasar de un barco a otro.