Síguenos en redes sociales:

Ramoncín, el autor que nació en un taxi

Un documental que emite Amazon Prime repasa la trayectoria del poliédrico rockero

Ramoncín, el autor que nació en un taxiFERRÁN SENDRA

“Yo defino a una estrella del rock por la cantidad de enemigos que tiene. Ramoncín me gana”, enuncia un Loquillo socarrón en los primeros minutos del documental “Ramoncín. Una vida en el filo”, que llega hoy a Amazon Prime Video y que arranca asestando un navajazo nostálgico a baby-boomers y generaciones X con el gemido de la armónica que preludia la explosión de “Hormigón, mujeres y alcohol”, tema rebautizado popularmente como “Litros de alcohol”.

La carrera musical del artista –para muchos, hoy diluida entre el personaje televisivo y el coleccionista de haters durante sus años en la SGAE– es la que acapara más minutos del metraje, donde se intercala el relato del interesado con los de amigos y conocidos (desde Johnny Cifuentes de Burning a Mónica Naranjo, Felipe González, Teddy Bautista o Santiago Segura). Y que dispara éxitos broncos y erizantes: “Putney Bridge”, “Como un susurro”, “El rey del pollo frito”, “La chica de la puerta 16”…

“Guerrillero de la música”, “pionero de la Movida”, “animal escénico” le llaman mientras José Ramón Julio Márquez Martínez (alias Ramoncín), nacido en un taxi cerca de la Puerta de Alcalá de Madrid hace casi 65 años, hijo de madre soltera y criado por su abuelo y unos tíos –sus “verdaderos padres”, afirma– despliega un discurso florido, rociado de palabras sonoras, slang y cultismos pronunciados con macarrería desde el bar Bodegas Rosell en su barrio de niño, Delicias.

Poliédrico, coinciden casi todos. Así es este poeta urbano deslenguado, vanidoso (se lo llamó en un plató Mercedes Milá); midralati y busquero (términos de su “Diccionario de jergas”, porque también ha publicado); listo, niño mimado de Camilo José Cela y Francisco Umbral (“ese punk lee a Balzac”, defendía el segundo). Actor y escritor a la par que cantante. Polémico. Y, también después, presentador de concursos televisivos, tertuliano y, en los 2000, adalid de un canon digital confuso y unos derechos de autor que, en tiempos pre-Spotify, parecían atentados contra la libertad. Fatal.

Aquel, el de la SGAE, fue un periodo oscuro y Ramoncín dedica un tiempo del metraje para explicar su postura y subrayar su honradez tras ser acusado en el año 2015 de firmar facturas falsas para sustraer bienes de dicha entidad, cargo del que fue absuelto.

Aunque lo mejor son otros momentos. Por ejemplo, las sonrisas sonrojadas que provoca su primera actuación en TVE de 1978 ante un auditorio de corbatas y cabellos ondulados por ruleros. Allí, un Ramoncín enjuto, un tirillas, desborda chulería suprema de labios pintados, un rombo negro en el ojo derecho y una canción, “Marica de terciopelo”, dedicada a los presos políticos. ¡Señor!

Hay más: la mirada quieta, separada, desafiante, c. tanganera que fija sobre sus oponentes, Lola Flores y Lauren Postigo, en un debate televisivo titulado Copla vs. Rock que moderaba Jesús Hermida. Y en el que no abre la boca hasta después del intermedio para emitir una respuesta taurina que provoca una ovación ruidosa pero dividida, solo de la mitad de la sala. «O se le quiere, o se le odia, con él no hay término medio», resume en la pantalla José María Íñigo.

Pulsa para ver más contenido para ti