Hay círculos que merecen ser cerrados, porque es en el punto final de la soldadura en el que se encuentra la paz, el alivio, el reconocimiento. Ayer, por la tarde, Amaral lo logró en la terraza del Auditorio Mar de Vigo, ante un público 'enmascarado', sí, pero ávido de sentir la poesía de un grupo por el que han pasado 22 años de éxitos desde su primer disco.

Tras el ensayo de media tarde, Juan Aguirre y Eva Amaral, arrancaron un concierto íntimo y acústico en el que la gran perla fue "Ondas do mar de Vigo". Ya apuntaba Juan Aguirre en una entrevista a FARO que iba ser "muy bonito" entonar esta melodía con las Cíes de fondo.

Efectivamente, fue bonito, especial, emotivo. A pesar de los ocho siglos de historia del tema de Martín Códax, este hit de la música polifónica medieval suena en Amaral como si fuese contemporáneo. Eva clava la lírica de la melodía con su voz en una versión fiel a la primigenia, lejos de otras joyas más arriesgadas como la reinterpretación del "Ondas do mar de Vigo" de las Cirandeiras da Caiana dos Crioulos y Socorro Lira con su guiño a la música brasileña o la versión instrumental en piano de María Mendoza.

El círculo de Amaral con esta canción se inició en el momento en el que lo conocieron a través del vigués Carlos Núñez; prosiguió cuando lo tocaron con él en el Circo Price en Madrid y cuando lo colocaron como la apertura de su último disco, "Salto al color".

El público paladeó un concierto único en el que sonaron otros temas de ese álbum como "Mares igual que tú", despojados de los artificios electrónicos; al tiempo que repasaban siempre en acústico éxitos e himnos generacionales de carrera como "Señales" (con el que abrieron), "El universo sobre mí", "Revolución", o "Moriría por vos".

En el público, se encontraban el alcalde de Vigo, Abel Caballero, así como la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva.