"Tengo 84 años, aunque digo que 48", aseguraba ayer sobre la alfombra roja Benedicta Sánchez (O Corgo, Lugo, 1935). Vestida con un sencillo atuendo vintage en blanco y negro cedido por la firma ourensana Adolfo Domínguez, la flamante ganadora del Goya a la mejor actriz revelación ya había dado muestras de su espontaneidad bailando una muiñeira en el estreno de O que arde en Cannes y de una aparente simplicidad que sin embargo oculta una intensa vida, casi de película, llena de giros inesperados como el que a los 17 años la llevó a casarse, a hacerse vegetariana y a emigrar con su marido a Brasil, donde se convirtió en fotógrafa de bodas, bautizos y comuniones y trabajó en una librería especializada en filosofía.

Viajera incansable durante su juventud, acabó separándose de su marido y conoció al que sería el padre su hija, Emma Karina, con la que regresó sola a Galicia a finales de los setenta. Para que la joven cursara Bellas Artes, siguió a su hija a Valencia, de donde ambas regresaron a Lugo en 2008 para hacerse cargo del patrimonio familiar.

La afición de su hija por la interpretación acabó arrastrando a Benedicta Sánchez a los ensayos de su grupo de teatro aficionado y el empeño por dar a conocer el talento de su madre impulsó a Emma Karina a llevarla de la mano al casting de O que Arde, que confió en ella para el papel de madre del protagonista del filme -un pirómano que regresa a casa tras salir de prisión- y al que en la recogida de su premio Goya agradeció su trato durante el rodaje: "No creo que haya princesa a la que hayan tratado como a mí".

Ayer, tras recibir un premio que no se esperaba, Benedicta -que competía con Carmen Arrufat, por La inocencia, Pilar Gómez, por Adiós, y Ainhoa Santamaría, por Mientras dure la guerra- decía sentirse "como si un misil me mandara a la luna".

Abrumada por el Goya, un "bebé" del que se hará cargo su hija, y por los elogios de los periodistas, ante los que aseguró sentirse "perita", la gran noche del cine español brindó a Benedicta Sánchez una de las mayores sorpresas de su vida.