Tras la sobresaliente "La vida de los otros", Florian Henckel von Donnersmarck cometió un error descomunal aceptando "The tourist", un vehículo al servicio de Angelina Jolie y Johnny Depp que no había por dónde cogerlo. Eso fue en 2010. Ocho años después, el cineasta alemán vuelve con ambiciones renovadas en un proyecto que pretende abarcar la historia de Alemania desde los tiempos negros del nazismo hasta la posterior llegada de la bota comunista con el consiguiente cambio de unas bestias por otras. Un paisaje de brutalidad histórica que acoge la historia de un pintor (inspirado en Gerhard Richter) que encuentra su verdadera voz como artista en la Alemania libre tras una accidentada y dramática experiencia vital. Aunque el hilo central de la película parezca excesivo (el sobrino de una mujer asesinada por los nazis se enamora años después de la hija de su verdugo, un superviviente sin escrúpulos que sirve a tiranos de cualquier signo sin mayores problemas), lo cierto es que la rocambolesca coincidencia ocurrió de verdad. "La sombra del pasado" dedica tres largas horas, que no se hacen pesadas por la habilidad del director para crear escenas con tensión interior autónoma, alternando las zonas de suspense con la crónica histórica, y el romance con las reflexiones sobre el arte y sus misterios. A veces intenta abarcar demasiado y sus planteamientos ambiciosos chocan con una excesiva simplificación de personajes y situaciones, pero la película mantiene la compostura y alcanza en sus mejores instantes gran fuerza dramática y visual, como esa "orquesta" de bocinas de autobuses que hace las veces de umbral y cierre, la lluvia de papeles de plata durante un bombardeo salvaje, la introducción de una calavera elocuente en un retrato que se esperaba amable o el juego de ventanas que componen la lectura final de un lienzo que lo explica todo sin contar nada. Bellamente fotografiada por el gran Caleb Deschanel, con una música maravillosa de Max Richter, bien interpretada y con un final conmovedor, La sombra del pasado no alcanza la altura del debut de su director pero le redime plenamente de su fiasco hollywoodiense.
