Una de las últimas localidades en cambiar su topónimo fue Ponteareas, que cuatro años despues de aprobarse la ley de toponimia gallega-se publicó en el BOE el 14 xullo de 1983- todavía conservaba su nombre español. "En los archivos diocesanos, desde 1507, consta Puenteareas", defendía el entonces regidor, Pepe Castro. Algo similar ocurría con Tuy, donde también se acudía a los archivos de la diócesis para defender la "y" que desapareció con la ley. "En la época medieval aparece casi siempre con y griega", indicaba el Archivo Eclesiástico de Tui. Mucho más reciente fue la polémica con la "L" de A Coruña, donde su entonces alcalde Francisco Vázquez incluso aprobó en pleno en 2004 una moción para que "La Coruña" fuese "a todos los efectos" el nombre oficial en castellano aunque no era posible al no ser legal.