La tradición del Corpus ya se vive en Redondela

Decenas de personas colaboran en la elaboración de las alfombras florales

Un peregrino se interesa por la labor de las alfombristas, ayer, en la calle Isidoro Queimaliños.   // ANTONIO PINACHO

Un peregrino se interesa por la labor de las alfombristas, ayer, en la calle Isidoro Queimaliños. // ANTONIO PINACHO / Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

Antonio Pinacho

La fiesta del Corpus ya se siente en las calles de Redondela. Decenas de personas, la mayoría mujeres, llevan dos semanas de duro trabajo para preparar el material vegetal con el que confeccionarán las tradicionales alfombras florales. Una minuciosa labor artesanal que permitirá que este jueves, día grande de las Festas da Coca, el casco antiguo amanezca cubierto de tapices de colores para honrar el paso de la procesión de la Virgen “A Gabacha” y el Santísimo.

Unos niños colaboran en las labores de deshojar las flores.   | // A.P.

Unos niños colaboran en las labores de deshojar las flores. // ANTONIO PINACHO / Antonio Pinacho

Uno de los grupos de trabajo que lleva más tiempo es el encargado de adornar la calle Alfonso XII, ya que esta alfombra de 140 metros es la más larga de todas las que se elaboran. Participan una veintena de personas que comenzaron el pasado 8 de mayo, hace casi un mes. “Supone mucho esfuerzo, pero es una labor muy amena. Soy la más veterana del grupo, llevo veinte años, pero estoy muy orgullosa porque es tradición muy bonita que no se puede perder”, explica Virita Rafael, sin dejar de deshojar claveles. Aunque la mayoría son mujeres, en este grupo también colabora un chico, Javier Cota, que acude por primera vez junto con su pareja, Carolina Graña. “Estamos encantados de echar una mano, siempre que podemos venimos porque nos gusta formar parte de las tradiciones del pueblo. Además aquí también conocemos a gente, hacemos amistades nuevas, socializamos y disfrutamos mucho”, comenta Carolina.

Alfombristas trabajando en un local de la calle Alfonso XII.   | // A.P.

Alfombristas trabajando en un local de la calle Alfonso XII. // ANTONIO PINACHO / Antonio Pinacho

Otro de los grupos trabaja en plena calle en Isidoro Queimaliños, lugar de paso del peregrinos. “La labor que hacemos les llama la atención y muchos se paran a interesarse y preguntar”, dice Bernardina Araújo, conocida como “Pitusa”. Aunque vive a escasos metros, en plena Praza da Constitución, y tiene a uno de sus nietos en la Danza das Espadas, asegura que es la primera vez que colabora con las alfombras. “Me gustaba ver la fiesta, pero no me decidía a participar hasta este año y estoy encantada. Es como una reunión de amigas, estamos muy entretenidas y nos pasan las horas volando”, señala. Este grupo realiza las alfombras de la cuesta de Isidoro Queimaliños, la subida al Atrio y la principal del atrio de la iglesia. “Este año como novedad tendremos una alfombra elaborada por niños, hijos y nietos de alfombristas que quieren unirse a la tradición. Estamos encantados porque es la forma de garantizar el relevo generacional”, indica Susana Ricón, la autora de los diseños de los tapices.

Aunque la mayoría de los colaboradores son redondelanos, también hay personas que llegan desde otros municipios para echar una mano. Una de ellas es Olga González, vecina de Vigo: “Siempre me pareció muy interesante y este año me decidí a participar activamente para valorar mejor el trabajo que lleva. Y la experiencia está siendo fantástica. Ya imaginaba que era muy laborioso y se requería mucha paciencia, pero estoy encantada”, y recomienda a todo el mundo a que se anime a colaborar con esta tradición.