Usuarias de la piscina reclaman la subida de la temperatura con un encierro en el Concello

Llevan desde el lunes por la mañana atrincheradas en el consistorio de Nigrán

Usuarias de la piscina encerradas en el Concello de Nigrán, ayer.  // D.P.

Usuarias de la piscina encerradas en el Concello de Nigrán, ayer. // D.P. / J. Bernárdez

J. Bernárdez

Una decena de usuarias de la piscina mancomunada del Val Miñor continuaron ayer atrincheradas en la casa consistorial de Nigrán para reclamar una subida de la temperatura del agua, de los 25 a los 28 grados. Las afectadas llevan desde el lunes por la mañana en las instalaciones del Concello y realizan turnos para poder continuar con su protesta, que cesará en el momento en el que tengan por escrito un acuerdo entre la Mancomunidad del Val Miñor y la empresa concesionaria de la piscina, Serviocio, por el cual se toman las medidas necesarias para reponer los 28 grados de la piscina.

Las usuarias de la piscina han tomado esta medida extrema ante las idas y venidas del conflicto, que comenzó cuando Serviocio pidió a la Mancomunidad una compensación de 40.000 euros por las pérdidas económicas ocasionadas por la pandemia y por la subida del gasto energético. Ante la negativa de la Mancomunidad, la empresa decidió bajar la temperatura de la piscina para ahorrar en electricidad y no acumular más pérdidas. El frío que pasaron los usuarios desencadenó las primeras protestas y aunque hubo varios acercamientos, las negociaciones se volvieron a romper.

Subida de tres grados

“El alcalde de Gondomar había llegado a un acuerdo con Serviocio de perdonarle el canon si nos subía la temperatura”, comenta una de las usuarias afectadas Eudosia Pérez, indicando que la empresa quería el acuerdo por escrito. Al final esa solución no llegó porque la Mancomunidad celebró un pleno en el que se propuso contratar a una empresa privada para que analizase cuánto costaba subir tres grados el agua, explica Eudosia Pérez desde las instalaciones del Concello de Nigrán. Ante esto, el alcalde de Gondomar propuso ahorrar el dinero que costaría contratar a otra empresa y perdonarle a Serviocio el canon anual que tiene que pagar a la Mancomunidad, con la condición de que subiera la temperatura.

Mientras tanto, muchos usuarios y usuarias de la piscina han tenido que dejar de acudir a sus actividades acuáticas y terapéuticas porque “no hay quien aguante en el agua”, confiesa Mariló, otra de las afectadas. Ya se han dado de baja 300 personas y los 29 empleados de la piscina contratados por Serviocio temen por la continuidad de su trabajo. “Están en juego 29 puestos de trabajo”, lamenta una empleada de la piscina, que se ha unido a la protesta de las usuarias afectadas.

“Estamos cansadas, esto ya debería estar arreglado”, claman las manifestantes, que urgen un acuerdo por escrito para abandonar las instalaciones de la casa consistorial de Nigrán.