Salceda celebró ayer su festivo local de las Fiestas del Cristo sin mascarillas ni distancias de seguridad. Unas fiestas como las de antes de la pandemia en las que, además de la música, no faltaron los actos de reconocimiento a los vecinos que contribuyeron a hacer de Salceda el municipio que es hoy: capital del Carnaval y una referencia en sectores como la hostelería, el comercio y la industria. Es por ello que, el sábado, los encargados de dar el tradicional “estourazo” que marca el inicio del Cristo fue la Peña Jolgorrio; mientras que el domingo los tres homenajeados en el acto de Salcedenses Distinguidos fueron Rosa Bouza Tellado, Emilio Rodríguez Lorenzo y María Jesús Giráldez Ferreiro.

La Peña Jolgorrio es una de las mejores embajadoras del Carnaval de Salceda, pues es la única comparsa que participó en todas las ediciones del desfile de carrozas y comparsas. Deben su nombre a la primera edición del certamen celebrado en 1999, cuando parodiaron un anuncio de televisión de una conocida cerveza. “La Peña Jolgorrio vive el Entroido de una forma distinta, con muchas dosis de retranca e imaginación, y sin dejar indiferente a nadie, ni en el desfile ni en las coplas, de las que son los ganadores absolutos”, indican desde el Concello.

Junto al “estourazo”, el otro acto creado para reconocer la trayectoria de los vecinos es el homenaje a los Salcedenses Distinguidos, que se celebró el domingo. Emilio Rodríguez, hijo del fundador del bar Central, fue uno de los tres protagonistas por toda una vida dedicada al sector de la hostelería y al asociacionismo. A sus 68 años asegura que se pasó 52 detrás de la barra del bar. “Creo que trabajé por dos vidas”, dice Emilio, que ha pasado el testigo de este emblemático establecimiento de Salceda a su hijo Cristian.

Otra de las homenajeadas fue María Jesús Giráldez, conocida librera del municipio, que abrió su librería en 1977 con gran esfuerzo y dedicación. “Cerrábamos a las doce de la noche y no parábamos ni para comer”, recuerda María Jesús, que por aquel entonces bromeaba con su marido vacilando que en lugar de una librería parecía que tenían una discoteca. Fue la primera librería que hubo en Salceda, precursora y testigo de la evolución comercial de la villa donde María Jesús nació, vivió y quiere morir. “Es mi sitio”, dice orgullosa.

La tercera “salcedense distinguida” de este año fue Rosa Bouza, dedicada al sector del granito y fundando el primer aserradero de piedra de la zona, así como canteras propias y Granitos Celgón, que llegó a emplear a 27 personas. “No sé si éramos valientes o suicidas”, bromea Rosa, que sacó adelante sus negocios junto a su marido. Al igual que los otros dos “distinguidos”, Rosa está muy agradecida al Concello por tal honor. “Me recarga las pilas y hace que me vuelva a sentir motivada”, confiesa la homenajeada.