Los problemas causados por los cazadores están a la orden del día en la comarca del Baixo Miño. Especialmente en A Guarda, en el entorno del monte Santa Trega, donde el entrenamiento de perros en la pista perimetral está causando enfrentamientos y problemas entre cazadores y paseantes. Para entender la situación hay que recordar que la comunidad de montes de Camposancos, propietaria de los terrenos donde están teniendo lugar estos episodios, aprobó en asamblea en el año 2000 permitir la actividad cinegética en sus parcelas. La directiva actual busca revocar ese acuerdo y en la asamblea de este mes llevará una propuesta que espera sacar adelante: prohibir el entrenamiento canino y cualquier actividad relacionada con la caza en los terrenos comunales, que en este caso además son una zona de gran afluencia de visitantes, en pleno monte Santa Trega.
“El Trega es un monte turístico. Queremos que los perros vayan con correa y no sueltos y asustando a la gente, como está pasando ahora", recalca el presidente de los comuneros de Camposancos
“El Trega es un monte turístico, no queremos que se pueda cazar ni adiestrar animales. Queremos que los perros vayan con correa y no sueltos y asustando a la gente, como está pasando ahora. Hay que hacer algo ya, y todo empieza por revocar el acuerdo de la asamblea del año 2.000”, asegura el actual presidente de la comunidad de montes de Camposancos, Fernando Martínez.
Los comuneros ya se han puesto en contacto también con las diferentes fuerzas políticas de la corporación municipal de A Guarda, incluido el alcalde, Antonio Lomba, y el portavoz del PP de A Guarda, Roberto Carrero, para intentar que la propuesta sea aprobada también en el pleno del Concello y trasladarla posteriormente a la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta. “Esos son los siguientes pasos, pero creemos que con la aprobación en nuestra asamblea ya se puede determinar la prohibición de la actividad cinegética en nuestros montes”, indica Fernando Martínez. Vecinos y comuneros aseguran que a veces se cruzan “con jaurías” de canes de caza sueltos por la zona, con el susto que eso supone. “No se puede pasear tranquilo. La gente nos reclama continuamente que hagamos algo para poner fin a esto”, asegura el presidente de los comuneros de Camposancos.
Prácticas irregulares
En A Guarda los problemas sobre la actividad cinegética hace meses que están trayendo cola. Y es que ya no es únicamente que se hayan producido enfrentamientos en pleno Monte de Santa Trega entre vecinos y los propios cazadores por disparos en zonas prohibidas y por el adiestramiento de perros, sino que varios residentes de este municipio del Baixo Miño se están moviendo para poner fin a las “ilegalidades” que los cazadores están cometiendo en el municipio. Concretamente aseguran que están entrando en fincas de propiedad particular para ejercer su actividad.
Uno de ellos, Armando Verde, ha presentado ya varias denuncias tanto ante la Guardia Civil como ante la propia Xunta de Galicia ante la presencia de cazadores en su explotación ganadera. Se trata concretamente de unos terrenos ubicados en la zona de A Catanga en la que está prohibido ejercer la actividad cinegética después de una resolución emitida por el propio Servicio de Patrimonio Natural de la Xunta. “Esto es intolerable. Los vecinos ya nos estamos movilizando porque estamos hartos”, aseguró hace unas semanas a FARO Armando. Y es que los guardeses que se están organizando defienden que no cedieron los derechos cinegéticos a ningún cazador para ejercer en sus terrenos. El problema es que en la parcela en la que tiene su explotación ganadera Armando Verde, tanto los cazadores como sus perros han dañado de forma seria a varios de sus caballos.
