Por si fuera poco la ya deteriorada estructura del Templo Votivo del Mar, en Panxón, ahora se le suman nuevas pintadas, varias de ellas, obscenas, y otra, una esvástica. La obra del arquitecto Antonio Palacios, con más de ocho décadas de historia, va perdiendo lustre paulatinamente sin que exista por ahora un freno a la situación.

Desprendimientos de vidrieras, rosetón forrado con mallas, un ángel sin rostro, filtraciones de agua... son innumerables las deficiencias de una iglesia histórica, probablemente la construcción cumbre de ámbito religioso del porriñés Palacios.

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El Templo Votivo del Mar de Panxón pide ayuda. Ricardo Grobas

Esta realidad ya fue denunciada el pasado verano por NigránJuan González, que reclamó a la Xunta de Galicia incluir el templo en el Plan Turístico Xacobeo 21-22 del Gobierno de España para la restauración de monumentos gravemente deteriorados.

La iglesia

El Templo Votivo del Mar es probablemente la obra maestra de arquitectura religiosa del porriñés Antonio Palacios (1874-1945), con obras reconocidas internacionalmente como el Palacio de las Comunicaciones de Madrid o el Círculo de Bellas Artes. Palacios se inspiró en el vecino arco visigótico que formaba parte de la antigua iglesia de San Juan (y que él mismo libró de la demolición por su gran valor histórico) iniciando la construcción del templo dedicado a la Virgen del Carmen en 1932 y finalizándolo en 1937. Su estilo es complejo de definir, ya que recoge elementos de muy diversos orígenes.