El colectivo ecologista A Rente do Chan-Pladever reivindicó la colocación de fajas exigiendo el precintado de la central hidroeléctrica Ponte Inferno, en el río Verdugo, en los dos municipios afectados, Ponte Caldelas y Soutomaior.

Aseguran los responsables de esta asociación que la central hidroeléctrica se encuentra turbinando de manera ilegal desde hace cuatro años, ya que la concesión finalizó en 2017, “por lo que la empresa concesionaria, Naturgy, antes Endesa, está obteniendo beneficio de manera fraudulento”.

A Rente do Chan cita, “entre otras irregularidades, por las que ya fue multada”, el incumplimiento de normativa, incluso a nivel europeo, entre otras: el paso para pescadores que califican de inadecuado, carece de rejas, por lo que la mortandad de peces y anguilas es muy elevada, además de la degradación de los ecosistemas fluviales que produce; con grave afectación a los bancos marisqueros de la ría de Vigo, especialmente a los trabajadores de las cofradías de Arcade, Vilaboa y Redondela.

Ahondan los ecologistas en las críticas al afirmar que “tampoco respeta los caudales ecológicos, y el mal estado en general de sus instalaciones y accesos, provocarán un grave problema, en las poblaciones próximas a muy corto plazo”.

Mil quinientas firmas

Ante la gravedad de estos hechos,el colectivo ecologista A Rente do Chan-Pladever está llevando a cabo una campaña de denuncia y concienciación, en Ponte Caldelas y Soutomaior. Además, el pasado 12 de marzo, una delegación se reunió con la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, a quien le hicieron entrega de las 1.500 firmas alcanzadas en campaña, en las que se solicita el precintado de la central Ponte Inferno.

Esta delegación además consultó el expediente que, como dato histórico, remonta el inicio de la explotación de este aprovechamiento hidroeléctrico a 1886, hace 131 años. Sin embargo, a finales de 2020 la Xunta declaró caducado el expediente de extinción de la actividad hidroeléctrica, por lo que continúa.