Es un proyecto a largo plazo y que debería implicar a diferentes administraciones, pero en Cesantes ya lo plantean: aprovechar el curso fluvial del río Pexegueiro, donde se encuentran restos de una decena de molinos, como una senda peatonal que conecte esta parroquia con Redondela, por un lado, y con O Viso y Ventosela, aguas arriba.

El Obradoiro de Estudos Locais “Fernando Monroy” lanza la propuesta a raíz del descubrimiento, el pasado mes de agosto, del molino de Xote o do Rato. Un patrimonio etnográfico que se calcula data del siglo XVIII y que apareció “lleno de basura y rodeado de escombros”, para disgusto del colectivo. Entre la tierra y la maleza hallaron plásticos, restos de obra y hasta una bañera.

“No podemos entender cómo, a unos pocos metros de la carretera N-550 y a una docena de metros del río Pexegueiro, alguien puede proceder a sepultar un molino que conservaba las cuatro paredes con vertidos incontrolados y que nadie, durante años, se diera cuenta”, dice la asociación cultural de Cesantes.

El Obradoiro Fernando Monroy pidió al Concello de Redondela la catalogación de este molino. Ahora reclama “a las autoridades competentes en cada ámbito, que procedan a las actuaciones necesarias (administrativas o en el lugar) para realizar una limpieza profunda de la zona con la retirada de la basura allí depositada, tanto en el molino como en el entorno del río”.

Sería un primer paso “para la recuperación de este elemento patrimonial, que podría formar un conjunto de gran interés para la parroquia de Cesantes al estar cerca del curso fluvial del Pexegueiro y en medio de un bosque de ribera”. La idea, apuntan los investigadores, es “avanzar en una senda, aprovechando los caminos históricos de la zona, actualmente en desuso”.

El coordinador de los trabajos de recuperación de los molinos de Cesantes, Álvaro Fuentes, explica que las construcciones del curso fluvial tienen características singulares. “Algunos son monumentales, con una torre circular o cubo de pozo donde se acumulaba el agua; otros son más sencillos, con tobogán y canal”. Junto a las “pontellas” que cruzan el regato y “protolavaderos” en forma de losa inclinada, Fuentes ve en esta zona ahora degradada una potencial ruta etnográfica de gran valor tanto para estudiantes como para el mero esparcimiento en un entorno natural.

Además “serviría de camino alternativo a la N-550” para comunicar Cesantes con la villa, justo a la altura de los institutos. “Es una oportunidad para rescatar los molinos dándoles un uso práctico”, indica.