Una vecina de Mos reclamará por la vía administrativa y judicial la devolución de 1.500 euros que la empresa que gestiona el Consorcio de Augas do Louro le embargó de la cuenta bancaria por el impago de unos recibos de agua que esta no consumió. “Mi consumo durante los últimos ocho años ha sido siempre cero porque tengo pozo en casa, solo estaba pagando los 9 euros de mantenimiento”, explica esta mosense que vincula el montante de las facturas, que ascienden a 3.000 euros, a unas obras realizadas frente a su vivienda que provocaron una fuga en una tubería y, en consecuencia, un desfase en su contador de agua.

Los hechos se remontan a diciembre de 2018, cuando la Diputación acomete el arreglo de un socavón en una carretera provincial de Puxeiros-Mos debido a la ruptura de una cañería. Dichas obras se realizan frente a la casa de la afectada, que en el primer trimestre de 2019 recibe con asombro varias facturas del agua por valor de 3.000 euros. Ante este “despropósito”, la mujer acudió a la oficina que tiene en Mos el Consorcio de Augas do Louro y allí le dijeron “que no me preocupe, que se ve claramente que ese consumo no es mío y más con las pruebas de las obras en la carretera en la misma fecha”; así que presenta una reclamación y devuelve los recibos bancarios.

Año y medio después llega la siguiente sorpresa. El pasado mes de septiembre le embargaron de la cuenta bancaria 1.500 euros. “Llamé a la Oficina de Recaudación de la Administración Local (ORAL) y me dijeron que ellos solo emiten lo que le envía el Consorcio de Augas do Louro, que son ellos los que tienen que anular el embargo”, relata esta vecina de Mos, cuya respuesta por parte del Consorcio fue que, “lo estudiaron y que me bonifican, que en lugar de 3.000 euros tengo que pagar 1.500. Dicen que, aunque las obras fueron en la carretera, hubo un aumento de presión y que esa agua la computó mi contador, que mala suerte…”

Además de los 1.500 euros que ya le retiraron del banco, la mujer también ha tenido que desembolsar otros mil euros de su bolsillo para contratar a un fontanero que sustituyera la cañería rota. Pero, al margen del dinero, lo que más indigna a esta mosense es “la indefensión de los usuarios ante este tipo de abusos; no han contestado a mi reclamación, no me han enviado ninguna notificación y ni siquiera dan la opción a fraccionar el pago”. “Me ha pasado a mí, pero le podría haber pasado a cualquiera”, lamenta, haciendo alusión a los “tiempos que corren; hay familias que si le hacen eso se podrían quedar desamparadas económicamente”.

Dicha vecina de Mos también hace hincapié en que “son 3.000 euros de agua, es una barbaridad, alguien del Consorcio tendría que haberse dado cuenta de tal desfase e interesarse por lo que pasaba; si la cañería estuvo echando agua varios meses seguido, pudo haber afectado a los cimientos de mi casa”.