La pandemia ha dado la vuelta a las costumbres de casi todas las familias y los paseos en entornos naturales se han multiplicado en las agendas para garantizar las distancias de seguridad y respirar aire puro. Baiona dispone de numerosos espacios para disfrutar de mañanas o tardes en plena naturaleza pero hay uno muy esperado que lleva un año y medio bloqueado: la senda fluvial del río Fraga, en la parroquia de Baredo. Las obras para ampliarlo comenzaron en mayo del año pasado pero el gobierno municipal se vio obligado a pararlas porque invadían propiedades privadas sin permiso. Tras realizar las gestiones necesarias para sacar el proyecto adelante a lo largo de todo este tiempo, el departamento de Vías y Obras apura los trámites para finalizar los trabajos antes de que finalice el año. La subvención que otorgó la Diputación para afrontar la inversión, de 118.444 euros, caduca el 31 de diciembre y el concejal responsable del área, Óscar Martínez, confía en llegar a tiempo para no perderla.

El proyecto es heredado del anterior gobierno municipal del PP. La primera fase, que une la desembocadura junto a la carretera litoral PO-552 de A Guarda con el centro de la parroquia de Baredo, medía 800 metros y se construyó hace doce años. Ahora se trata de ampliar la pasarela de madera, de 1,50 metros de ancho, en otros 500 metros río arriba. Además de ofrecer un camino por el que ejercitarse y disfrutar del paisaje natural, la estructura cumpliría una función estética al tapar la conducción del saneamiento que discurre por la ribera del cauce al descubierto.

Tan solo unos días antes de las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019 arrancaban las obras. Poco después, recién llegados los gobernantes actuales que forman el tripartito PSOE-BNG-Nós, hubo que pararlas, recuerda Martínez.

Apenas dio tiempo a desbrozar la ribera, limpiar el cauce y colocar buena parte de los puntales que sostendrán la pasarela de madera cuando los propietarios, alertados al comprobar que habían invadido sus fincas, se quejaron al gobierno municipal.

A partir de entonces, hubo que modificar el proyecto y alcanzar un acuerdo con la docena de afectados para lograr la cesión de los terrenos. El parón administrativo que provocó la crisis sanitaria afectó a los trámites. El diseño fue enviado al departamento de Augas de Galicia de la Xunta al registrar cambios y el organismo acaba de remitir la autorización al Concello. Según indica Óscar Martínez, solo queda formalizar los acuerdos con los propietarios para retomar los trabajos, cuyo plazo de ejecución es de 45 días. El edil confía en resolver la cuestión en cuestión de días y terminar el demandado paseo antes de que finalice el año para salvar la subvención provincial.