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Un trabajador ileso en el vuelco del bus de PSA: "Fue como si nos tocase la lotería, no sé cómo estamos vivos"

Los ocupantes del autocar de PSA que volcó tras atropellar un caballo en Oia salieron tras romper la luna trasera "a patadas y puñetazos" | Tres siguen en el hospital fuera de peligro

El autobús volcado tras el accidente la noche del martes. // Ricardo Grobas

Fueron unos minutos eternos los que vivieron dentro del autobús que volcó en Oia cuando los llevaba a casa tras cumplir con su jornada laboral en la planta viguesa de PSA-Citroën. Pero la treintena de trabajadores que sufrieron el siniestro no olvidarán aquellos instantes en que tuvieron que "cruzar todo el pasillo pisando los cristales para salir" sin saber si entre sus compañeros había algún fallecido o malherido, relataba ayer Diego Peña, uno de los once que salieron ilesos, vecino de A Guarda. Aún le cuesta creer que no acabase en tragedia. "Fue como si nos tocase la lotería Afortunadamente todo acabó en un buen susto y al cierre de esta edición únicamente permanecían hospitalizados tres de los veintidós heridos, todos fuera de peligro.Solo perdió la vida en el aparatoso accidente el caballo que se cruzó en la carretera tras escapar de una finca privada próxima.

Habían finalizado el turno de tarde y regresaban a sus domicilios en el autobús de la empresa ATSA que cubre el servicio discrecional de traslado de la factoría. Algunos compañeros de la ruta de A Guarda y quedaban 32 en los asientos cuando, minutos antes de las once de la noche, el caballo, que se había escapado de una finca particular cercana, invadió la calzada. El conductor no pudo esquivarlo, lo arrolló y perdió el control del vehículo a consecuencia del fuerte impacto. Dentro desconocían qué había causado aquel estruendo, "que escuchamos como una explosión", pero sí notaron que "todo empezó a dar vueltas, el vehículo perdió la dirección y los frenos y circuló unos cien o doscientos metros hasta volcar hacia el lado izquierdo", explicaba Diego Peña.

"El caos" invadió el habitáculo durante los momentos en que permanecieron atrapados, relataba este operario guardés antes de incorporarse ayer mismo, apenas quince horas después de lo sucedido, a su puesto de trabajo. "No encontrábamos los martillos y rompimos la luna trasera a patadas y puñetazos para poder salir", explicaba. En medio del desconcierto, buena parte de los pasajeros lo lograron por su propio pie y otros fueron liberados por sus propios compañeros antes de que llegaran los servicios de emergencia. "Ayudamos a los que estaban más fastidiados", recuerda Diego.Operativo de emergencia

Enseguida se desplegó un gran operativo de emergencia en el que participaron patrullas de la Guardia Civil de Tráfico, bomberos del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) del Baixo Miño y quince ambulancias, tres medicalizadas y otras doce asistenciales, procedentes de los servicios de urgencias de Val Miñor y A Guarda.

Ninguno de los pasajeros ni el conductor presentaba inicialmente heridas de gravedad, pero sí lesiones de cierta relevancia en algunos casos. Fueron 22 los heridos, 18 hombres y 4 mujeres, trasladados a los hospitales vigueses Álvaro Cunqueiro, Vithas Fátima, Povisa y O Castro-Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Doce recibieron el alta a primera hora mientras ocho permanecieron en observación toda la mañana y otros dos fueron intervenidos quirúrgicamente. Las operaciones finalizaron con éxito y a última hora de ayer evolucionaban favorablemente, según informó el Servicio Galego de Saúde en un comunicado. A lo largo de la jornada, se sucedían las altas y solo tres quedaban hospitalizados por la noche.

Pasados los primeros momentos de tensión, los trabajadores fueron conscientes de lo ocurrido, afirmó Diego Peña. Al conductor, dijo, "le fue imposible mantener el vehículo en la vía" y también fue conducido al hospital en ambulancia en estado de shock. Se le practicó la prueba de la alcoholemia con resultado negativo.

El cadáver del caballo quedó tendido a unos metros y su propietario fue localizado enseguida por la Guardia Civil. Se presentó en el lugar del accidente y se hizo cargo del animal, según confirmó la Comandancia de Pontevedra.

Las tareas de atención a los heridos se prolongaron hasta bien entrada la madrugada y el vehículo permaneció durante horas en la calzada. El tráfico se desvió por la antigua carretera del Aguncheiro y quedó restablecido con normalidad a las 6.45 de la madrugada, después de que una grúa de grandes dimensiones retirase el autobús.

Fueron muchas las muestras de agradecimiento hacia los servicios de emergencia por su trabajo en la atención a los heridos, desde la alcaldesa de Oia, Cristina Correa, que acudió al lugar del accidente, hasta el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, que e acercó a los hospitales. La planta viguesa de PSA también mostró su gratitud a través de un comunicado en el que ponía a disposición de los empleados heridos sus servicios médicos.

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