"Tenemos un mensaje para los turistas británicos, y es este: pueden pasar unas vacaciones fantásticas, así que vengan a España ahora... pero asegúrense de traer sus mascarillas". Así se dirige Robert Webster, propietario del hotel Arce de Sabarís, a sus compatriotas a través de uno de los periódicos con mayor difusión del Reino Unido, el "Daily Mirror". Brexit aparte, muchos esperan impacientes en las islas la llegada del 6 de julio, fecha en que está previsto que el Ejecutivo de Boris Johnson suspenda la cuarentena obligatoria de 14 días para los viajeros procedentes de Grecia, Italia, España, Francia, Países Bajos, Finlandia, Bélgica, Turquía, Alemania y Noruega, estados que ya considera seguros. Y el hostelero baionés de origen británico aprovecha una entrevista que el popular diario le realizó en los últimos días para convertirse por unas horas en embajador del turismo español de la era postcovid.

"Para nosotros son quince minutos de fama, pero lo que nos importa es traer gente a Baiona y a Galicia. Creo que es una oportunidad para atraer gente. El turismo británico está denostado porque hay quien piensa que vienen a emborracharse pero la verdad es que la mayoría son gente muy educada y que gasta dinero aquí", comentaba ayer el hostelero nacido en la localidad inglesa de Cheltenham y afincado en Baiona desde hace más de una década con su esposa Annabelle -hija de emigrantes españoles en Gran Bretaña- y sus dos hijas.

Un hotel reconocido

El periódico buscaba negocios pequeños, alejados del perfil de grandes hoteles del sur, y encontró el Arce probablemente por las valoraciones de sus clientes. Ha recibido ya varios reconocimientos de la web de viajes más importante del mundo, Tripadvisor. Aparece en el número 1 de su ranking para Baiona y en el tercer puesto de Galicia.

La publicación internacional colapsó ayer la web y el teléfono del hotel por momentos. "Normalmente tenemos unas veinte o treinta consultas al día y esta mañana hemos recibido casi trescientas, 231 desde Gran Bretaña. Están llamando ingleses para preguntar protocolos, cuándo empiezan los aviones, etc...", señalaba Robert. Hasta la tarde de ayer no había reservado ninguna habitación más, pero se mostraba optimista y confiaba en que "el mensaje llegue a muchas personas que quieran venir aquí". Eso sí, "que quede claro que deben traer mascarilla y gastar", bromeaba.

Baja ocupación postpandemia

Han sido meses muy duros para esta familia que regenta el establecimiento de once habitaciones. Desde la declaración del estado de alarma y el confinamiento el 14 de marzo, sufrieron setenta cancelaciones de reservas hasta el verano. Reabrieron el hotel hace ocho días y desde entonces han recibido solo a cuatro clientes: "una pareja de clientes fijos, un peregrino y una comercial". Las cifras "estresan un poquito", comenta Annabelle, pero "no nos desesperamos". Para julio tienen reservadas el 20% de las habitaciones y cruzan los dedos para acercarse al lleno en agosto. "Como todos por aquí vivimos del bum del verano y este año hay que trabajarlo muy duro", afirma.

La pandemia ha impuesto nuevos protocolos de limpieza y gastos. Han retirado algunos muebles y textiles de las habitaciones para mayor seguridad, han intensificado la desinfección y hasta han "plastificado los mandos de las teles" y llenado de carteles cada estancia para advertir de las medidas y distancia exigidas. Trabajan con el termómetro a mano e insisten en que cualquier turismo es bienvenido en Baiona, en Galicia y en España. "Nos han llegado preguntar gente de Madrid si son bienvenidos. Espero que no sea esa la percepción que estamos dando. Aquí esperamos con los b razos abiertos a todo el mundo. Lo único que les pedimos es que vengan sin miedo y a disfrutar", añade la pareja.