El cambio de emplazamiento del mercadillo semanal de los jueves en Tui originó ayer división entre el colectivo de los 160 ambulantes que habitualmente montan sus puestos en la ciudad, una tradición comercial considerada de las más antiguas de Galicia.

Sobre un 40% de ambulantes estrenaron en la mañana de ayer el recinto con medidas de seguridad, cinta divisoria para el tránsito de peatones, furgonetas aparcadas detrás de los puestos, distancia entre ellos. En el acceso, personal de Protección Civil ofreció gel hidroalcólico a personas que accedían al recinto. Cada puesto tenía su propio desinfectante para quien quisiera tocar o probarse una prenda. Sobre las 12 horas se apreciaba una fluida presencia de público, tanto en la zona de textil y calzado, como en la de agroalimentación y plantas, situada en una cota más baja.

Una de las vendedoras, Rosa, valoró ayer que "por lo menos estamos en activo, la gente está dando un paseo precioso para llegar aquí y me encantó. Ha venido clientela habitual, aunque muchas personas están desubicadas", dijo. Sonia Menacho, de Vigo, deja constancia de que "yo estoy encantada y me quedo aquí, con mi furgoneta en la parte de atrás. La gente tiene espacio para ver los artículos que lucen más y no tropezamos unos contra otros. En este recinto hay igualdad para todos". Una vendedora quedó sorprendida al tener clientela toda la mañana, quizás porque las personas necesitan embellecer sus domicilios después del confinamiento. Aún así, reconocía que "no gustan los cambios a la mayoría". Personas con bolsas comentaron que "debemos llevar carrito de compra".

Tradición por delante

Antes de las 11 horas, un grupo de ambulantes que está en contra del cambio, se concentró en el Paseo da Corredoira, donde fueron interpelados por la Policía Local y la Guardia Civil. Su portavoz, Begoña Martínez López, presidenta de la Asociación de Mercaderes Ambulantes de Vigo y comarca, declaró ayer que esta situación parte desde hace 3 años. "Después de la pandemia, es triste que a los más vulnerables nos lleven a un descampado. Nos sentimos engañados, después de haber tenido reuniones con alcalde y concejala de Comercio que nos daban esperanzas", lamentó

"Nosotros estamos dispuestos a dejar el 25% de puestos libres, para guardar el distanciamiento frontal. Creemos que sí es viable que se haga una mañana por la semana. Si vamos al descampado no nos cobran las tasas; si nos quedamos en el centro, sí que nos cobrarían", critica. Hosteleros y comerciantes del centro les apoyan.